La mente de Charlotte estaba zumbando. Le tomó al menos tres segundos calmarse antes de que pudiera responder.

“La conozco, pero… Mel… ¡Eso es imposible! ¡No puede ser ella!”.

“El teléfono del asesino muestra claramente los registros de la orden de Melina Shore. Mire, hay registros de transferencias bancarias que Melina le envió a los asesinos. Anoche a las 11:09 p.m., Melina Shore envió 120 monedas negras a estos asesinos. Si se convierte a dólares estadounidenses, equivaldría a 185,000 dólares”.

El policía le mostró a Charlotte el celular.

Charlotte miró fijamente la brillante pantalla del teléfono. El rostro encantador y astuto de Melina apareció ante sus ojos.

Melina la había atacado hace un mes. Había enviado a dos hombres feos para que la violaran y luego le inyectaran una especie de droga que la reduciría a una adicta.

Afortunadamente, Zachary la había salvado a tiempo.

Más tarde, Charlotte se vengó de Melina, con la ayuda de Zachary…

Ese día, Charlotte podría haber publ