Se levantó de la cama, la cercanía de Felipe era demasiado abrumadora, y caminó hacia la puerta dándole la espalda a su marido.
-Me importas, Felipe, mucho –aseguró con ímpetu, sino lo tenía cerca era más fácil hablar-. Estoy asustada, tengo miedo que rechaces mi...
-Bueno, ya estamos aquí –exclamó la se&n