Todos nos sobresaltamos al oír eso, me giro hacia mi esposa y le digo que regrese a casa con los niños, pero ella se niega y me dice que piensa ir a ayudar, que no se quiere quedar de brazos cruzados, que estas personas han hecho mucho por nosotros y no va a abandonarlos ahora. Los ojos de Donna emiten esa chispa de fuerza, ella está decidida a ir, me gusta cuando se pone así, deja ver su lado guerrero.
Organizo un grupo de guerreros, mi esposa ha dejado a los niños con su madre y la mía, materializo su arco, ambos nos volteamos a ver y una vez que todos estamos listos, nos dirigimos rápido al templo de Gaia, espero que lleguemos a tiempo, si ese templo cae, si todas esas personas desaparecen, habremos perdido mucho y estaremos muy lejos de ganar esta guerra, no podemos permitir que corrompan esas tierras.
Apenas atravesamos el portal, el ambiente relajado y tranquilo que se sentía antes ha desaparecido por completo, escuchamos gritos de desesperación por todos lados, el cielo se est