CAPÍTULO 1.-segundo fragmento

                           

                                                              ↫↬

Al llegar al límite del bosque, uno de los criados se acercó a mí con ropa limpia y mi celular. Se llamaba Ulises. Él siempre ha cuidado de mí.

—Muchas gracias. —Él solo asiente con una sonrisa—. Si no fuera por usted y sus cuidados, andaría desnudo por todo el reino.

—No, príncipe. No me agradezca porque es mi deber —dijo agachando la cabeza.

—Escúchame bien y no agaches la cabeza cuando estemos a solas, me conoces desde que nací. —Alzó su mirada—. Desde ahora, mi comportamiento va a cambiar y mucho, pero quiero que no me tengas miedo ¿entendiste?

—Sí, príncipe.

—Estoy pensando convertirte en mi asistente personal. —Su rostro denotaba sorpresa.

—¿Lo ha pensado bien príncipe? —hablo temeroso—. Ese cargo debe ser ocupado por alguien calificado.

—Sí, es en serio, pero después conversaremos bien del tema, ahora mi "familia" me espera...

Termine de vestirme y me camine al palacio en compañía de Ulises. Ya adentro del palacio, entre a unos de los salones especiales para las visitas, todos se quedaron mirándome, y me di cuenta que las mujeres y los niños ya no estaban.

—Pero miren quien regresó, mi primo Oli ¿Ya terminaste de llorar? —Luke, empezó a reírse y todos los siguieron.

Yo empecé a enojarme.

—¡Cállense! Desde ahora, se dirigirán hacia a mi como príncipe y ya no por mi nombre. —hable de manera firme.

El tono de mi voz era autoritario, un tono que nunca utilizaba hacia mis familiares. Todos me miraron alarmados y mi primo Luke se acercó a mí.

—Primo, cálmate. Solo es una broma, no es nuestra culpa que no encuentres a tu mate —dice acercándose a mí con una sonrisa burlona.

Eso fue la gota que derramó el vaso, algo se desató dentro de mí. Sujete a Luke por el cuello mientras lo estampaba contra la pared.

—Desde ahora llámame príncipe ¿entendido? —Puse más fuerza en mi agarre—. No vuelvas a dirigirte a mí como si fuéramos iguales.

Mientras lo ahorcaba con una sola mano, él intentaba zafarse, pero yo era mucho más fuerte que él.

No entiendo cómo me he dejado humillar por él, todos estos años.

—Príncipe Oliver, por favor, suelte a mi hijo— suplico mi tío Carlos.

Él era hermano de mi padre. A comparación de Luke, era un buen hombre.

—No hasta que me pida perdón —exigí.

— per ..per.. perdón —intentó hablar Luke, quien estaba ya morado por la falta de aire. Yo deje de ahorcarlo y cayó al suelo.

Me arrodille a su altura.

—¿Perdón qué?

—Perdóname príncipe —dijo prácticamente susurrando, yo lo mire con odio.

Me levanté sin dejar de verlo.

—Quiero que te arrodilles y lo digas más fuerte. —Mire a todos en el salón. Mis familiares agacharon la cabeza. Luke se puso de rodillas.

—Perdóname, príncipe. Nunca más le faltare el respeto. —Pude sentir el miedo en su voz.

—Muy bien, futuro alfa Luke. Espero que, de ahora en adelante, me trate con el debido respeto y olvidemos este incidente —dije en el momento en el que mi padre ingresaba a la sala.

—Pero, ¿qué pasa aquí? —dijo algo alterado.

— ¡Evan! ¡Tu hijo se volvió loco!, empezó a decirnos que no lo llamaros por su nombre y ahorcó a mi Luke. Después le dijo que se arrodille y pida perdón—espetó furioso—. Esto no se puede quedar así ¡Te exijo que lo castigues por humillar a mi hijo!

¡Vaya! El respeto se fue rápido.

Mi papá me miró y le di la mirada que él me ha dado por años: "apóyame por favor". Mi padre me frunció el ceño entendiéndome, suspiro y empezó a hablar.

—Discúlpame Carlos, pero mi hijo solo ha dejado en claro quién es y ha exigido el respeto que se merece. Si él piensa ser un rey recto que infrinja respeto al máximo, no le contradigo —dijo despreocupado—. Si te acuerdas, nuestro padre nunca se metió en nuestro modo de gobierno. Pienso seguir ese camino.

Vi como mi tío Carlos abría muchos los ojos al igual que los demás.

—Ya les quedo claro —espete en alto, mirando a todos—. Papá, discúlpame, pero tengo que retirarme. —Él asintió con la cabeza.

Mire a Ulises que me miraba con terror desde un rincón del salón. Le hago un gesto para que me siga y lo entiende.

Entré a mi despacho con Ulises siguiéndome.

—Ulises cierra la puerta y siéntate, por favor. —Me senté.

—sí, príncipe —dijo ya sentándose.

—Ulises, desde ahora tú serás mi asistente personal, ya no serás más un sirviente del palacio. Tú me ayudaras a mí y a mi beta —pienso en el idiota de mi beta—. En especial a mi beta.

—Pero, príncipe, yo solo soy un sirviente, ¿no cree que debería poner a alguien más calificado para el cargo...?

¿alguien más calificado?

—No, Ulises. Tú tienes mi total confianza, además tú siempre has cuidado de mí. Lo que hago es simplemente cambiar el nombre de tu puesto de "sirviente" a "asistente del príncipe". —Intentó tranquilizarlo—. Ahora, solo me asistirás a mí y al idiota de mi Beta.

—Muchas gracias, príncipe. No sé cómo se lo voy a pagar, pero le juro que daré todo de mí. —Se levanta para agarrar mi mano y besarla.

—Está bien, Ulises, pero tienes que saber que ahora ya no tienes que besar mi mano, ni arrodillarte. Si quieres mostrar respeto simplemente asiente la cabeza. Acuérdate que eres mi asistente, ya no mi sirviente —Él asiente con la cabeza y yo sonrió con el acto. En eso escucho como tocaban la puerta.

Mi padre ingresa visiblemente irritado.

—Los dejo solos para que puedan hablar príncipe. Estaré afuera para lo que desee —hablo Ulises. Saludo a mi padre y salió de mi despacho.

Mi padre ahora me mira extrañado.

—Ahora es mi asistente, no te preocupes. —Mi papá relajó el rostro.

—oh... Bueno, hijo quería decirte que...

—No, papá. Si vienes a decirme que lo que hice con Luke está mal, lo siento, pero...

—Hijo, la manera de cómo vas a gobernar el reino, como lo dije en frente de los demás, es tu problema —me interrumpió poniéndose serio y sentándose—. venía aquí para asignarte una misión.

—¿Qué? —dije con desconcierto.

—Vas a salir de la isla e irás a Norteamérica— dijo sin más.

—¿Cómo?

—La reunión de hoy con las manadas principales del mundo fue para informarme que se está formando una nueva manada de rebeldes. Su actual líder estaría en una preparatoria de california. Tienes que ir y liquidarlos.

— ¿Preparatoria? ¿Papá estás escuchándote? Tal vez son simples nuevos lobos que se quieren ir de casa y quieren formar a su nueva manada, eso siempre pasa ¿Para qué iría yo? Eso es algo que un simple oficial lo podría ver...

El suspiro.

—¿Te acuerdas de la manada de María, la mate de mi beta?

— Sí, la manada principal de américa, "Claro azul".

La manadas americanas son fuertes, los lobos son mucho más agresivos.

—¿Te acuerdas que el hermano de María dejó a su manada porque su papá no quiso aceptar a su mate ya que era una humana?

—Sí.

—Bueno, su padre como castigo lo exilió —dijo mi papá melancólico.

— ¿En serio? y ¿Qué tiene que ver con nosotros?

—Se dice... o bueno, el alfa de la manada "claro azul" dice, que los hijos de su hermano están haciendo una manada para vengar la muerte de su padre.

—¿Quieres que nosotros nos ensuciemos las manos erradicándolos a ellos?

Maldito desgraciado, ya me encargaré yo de él cuando sea rey.

—Sí, me vino a decir que sus defensas están bajas con las pérdidas de su gente, por las guerras territoriales con los vampiros.

—Bueno, al menos hace algo bueno al erradicar vampiros.

—Por eso tú, Matt y tu escuadrón irán camuflados como alumnos de la preparatoria para averiguar y arreglar las cosas. Además, eso sería una buena manera de ir practicando para cuando seas rey. Créeme que habrá peores misiones —dijo mi papá regalándome una sonrisa.

—Lo único bueno de mi condición, es que aun tengo el aspecto de alguien de 18 —suspiró—. Puedo camuflarme con naturalidad.

—Cuando seas Alfa y rey, tú; tu beta, Matt; y tu escuadrón tendrán el aspecto de treintañeros. —Solté una carcajada.

—Sí, el pobre Matt ya no podrá ligar con jovencitas.

—Siempre me pareció raro que a Matt no le molestara que a su edad no encuentra a su mate igual que tú —dice mi papá curioso.

—Él dice que su destino es ser libre y romper corazones.

Maldito, él disfruta mientras yo sufro porque no tengo mate.

—Sabes cuál es tu misión, yo que tú, me preparo. Este lunes ya empieza esa preparatoria —se levanta para retirarse.

—¿El lunes? ¡¿Este lunes?! —pregunto asombrado.

Por la diosa Luna, faltan 4 días ¡4! ¿Me está fastidiando? Si estamos jueves y el vuelo a california es de 14 horas, ¡tenemos que irnos ya para instalarnos!

—Yo que tu llamó a los chicos y alisto las cosas —dice de forma burlona.

Cuando mi papá sale de la habitación, yo llamo a Ulises. Le digo que prepare el Jet y que llame al escuadrón y a Matt porque nos tenemos que ir hoy mismo.

***

Ya iba con mi beta y mi escuadrón (que se suponen que son los mejores del reino) hacia América, mientras les explicaba de qué trataba la misión.

—A ver si entiendo; vamos a actuar de pubertos para encontrar a unos supuestos hijos del hermano muerto del alfa de la manada de "Claro azul"—pregunta Matt confundido.

—Porque quieren formar una nueva manada para vengar a su padre —intervino Jaime que iba más concentrado en su libro sobre manadas americanas.

—Porque lo exiliaron —habló Alex con la boca llena de papas fritas.

—Putos lobos americanos con su puta ambición al poder, sus putas formalidades y sus recontraputas maldiciones —gruño el pobre de Alan sujetado bien fuerte de su asiento, porque tenía miedo a volar en aviones.

—A mí tampoco me da mucha gracia ir, pero solo nos queda acatar órdenes hasta que me convierta en rey dentro de unos meses.

— ¿Ah? ¿Cómo que dentro de unos meses? –Alan me miro demasiado confundido, al igual que los chicos.

— Me voy a casar dentro de unos meses, exactamente para mi cumpleaños, con una loba capacitada para ser luna. Claro, si no encuentro a mi mate.

Los chicos abrieron muchos los ojos desconcertados, no se podían creer lo que decía, mire a Matt para que me salvara de dar explicaciones.

—¿Que? ¡Maldito! ¿Me vas a dejar por otra estúpida loba? ¿Y yo que? ¡¿Yo que?! ¡Suficiente tengo con ocultar nuestro amor al mundo! ¿Ahora tengo que compartirte? ¿Sabes qué?, aquí termina lo nuestro. ¡Ya no te quiero ver! —gritó Matt. con una muy mala voz de mujer acongojada.

Los chicos estallaron en risas y mientras Matt intentaba hablar conmigo por la conexión mental.

—Ni creas que te has salvado de dar explicaciones porque a mí, sí me las vas a dar.

—Está bien ¿No pudiste buscar otra salida que no sea tus estupideces de actuar como mujer? —le cuestiono.

—Ay por favor, bien sé que te gusta.

Ulises vino hacia la sección del jet, donde nos encontramos, con varios archivos en las manos. Los chicos pararon de reír para prestarle atención.

—Príncipe, vengo a traerle la información de la preparatoria donde van a ir y toda la información referente a la misión.

Me entregó los archivos, empecé a leer todo y me sorprendió cuando leí que no sabían a quiénes buscamos.

—Ulises ¿Acaso no saben a quiénes buscamos? ¿Cómo puede ser eso? Prácticamente no sabemos nada, solamente el nombre de la preparatoria. ¡Nada más! —exclamé furioso.

—Lo siento, príncipe. Solamente nos dieron esa información —me explicó.

—¡Caramba! Vamos a una misión prácticamente ciegos, no sabemos cuántos son ni cómo son.... ¿Cómo los encontraremos? —habló Matt quitándome los papeles de las manos.

—Supongo que podremos reconocerlos por el olor. Si mal no lo recuerdo, leí que los lobos de procedencia americana emanan un olor parecido a los prados después de una llovizna —dijo Jaime.

— ¡Carajo!, ¿O sea que huelen a tierra mojada? —preguntó Alan, todavía muy sujeto del asiento.

—Bueno, se podría decir que es una semejanza correcta —acotó Jaime cerrando su libro para prestar atención a la conversación.

—Por lo que sabemos, los principales organizadores de todo todavía no se convierten, pero pronto lo harán –Ulises señaló a Matt la hoja donde mencionan eso.

—Wow, ¿Esta es la casa donde nos quedaremos? —preguntó Matt enseñando la foto de la mansión que mi familia poseía en california.

—¿Nos vamos de misión o de vacaciones? —preguntó Jaime.

—Después de todo, creo que nos es mala idea. —Alex se veía feliz viendo las fotos.

—A mí todo esto me sigue pareciendo una gran estupidez —gruñó Alan arrebatándole la foto de la casa a Alex.

—Si eso es todo, Ulises, te puedes retirar —le ordené.

—Claro, príncipe. Hasta luego, jóvenes —hizo una reverencia y se fue.

—Lo que sé, es que, con esta carita, más este cuerpo, con la casa y los autos que nos van a dar, vas a ligar por montones. —Se alegró Matt.

— ¡Sí! —Se emocionó Alex.

—Les recuerdo par de imbéciles, que esto no es unas malditas vacaciones —exclamó Alan.

—Alan tiene razón. Tenemos que terminar pronto para volver al reino —dije intentando ponerme serio.

—Pero qué aguafiestas son —hablo Matt haciéndose el ofendido.

—Deberíamos pensar sobre qué cosas que diremos para encajar en el sitio —propuse mirando a todos.

—Eso déjamelo a mí —dijo Matt poniendo cara de maníaco.

—Sí, él es experto con todas las mentiras que ha creado para llevar a mujeres a la cama —dijo Alex riéndose.

Todos nos reímos con él y Matt inflo su pecho orgulloso.

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