Huilén frunció el ceño al escuchar esa voz y su corazón se desbocó cuando finalmente sus ojos se posaron en ese hombre alto, musculoso, de ojos dorados, que tiene su corazón sufriendo como en los últimos años.
―¿Nahil? ―Él, que la había extrañado muchísimo, se acercó a ella y la abrazó para calmar