DAIANA JONES

Es un maldito y este imbécil no se queda atrás. Me sigue a todos lados desde que llegamos y empieza a estresarme.

-¿Acaso no tienes nada que hacer?- cuestiono exasperada por su espionaje a mi espacio personal. Ya han pasado un par de horas, pero parece como si fuera mas tiempo con este niño detrás de mí.

-Estoy haciendo lo que debería hacer, son ordenes, no me lo pongas difícil - dice de mala gana haciendo que lo mire molesta.

-¿Le hablas de esa manera a la mujer de tu jefe?- pregunto enojada.

-Pues si, ni mi jefe me ordena que le hable bien, ¿Por qué lo haría contigo?- interroga burlándose haciendo que quiera golpearlo.

-Imbécil, tu y tu jefe lo son- digo volteando a ignorarlo y ver por la ventana.

-Si que sabes actuar- dice de la nada haciendo que voltee a verlo sin entender- Me refiero a que se nota que la única razón por la que estás ahí parada es porque lo estás esperando, pero tu boca dice lo contrario como si diciendo eso puedas convencerte a ti misma que él volver