— Signora necesitamos hablar con usted — El teniente de la policía había llegado hasta la magnífica residencia de Cinnia.
— ¿Y usted es…?
— Soy policía, trabajo en el caso de la señora Allegra Rici y…
— Excúseme usted, señor, pero no conozco a ninguna persona con ese nombre — Cinnia replicó de inmediato, no era mujer de atemorizarse con facilidad.
— Tal vez conozca el caso como “El escándalo de los Romano”
— Los Romano… los Romano… — Hizo como si los buscara en su mente — Perdón, ¿Pero debería conocer ese apellido?