Mientras Bianca explicaba rápidamente y con nerviosismo, Dave dejó escapar una risa baja y divertida.

—¿Te preocupa que piense que estás viendo a alguien más?

Dave la estaba provocando a propósito, ¿verdad?

Bianca se sonrojó al instante.

¿Por qué sentía la necesidad de explicarse con él? No era de su incumbencia con quién enviaba mensajes.

—No, solo estoy aclarando la situación. Y, eh... ¿tuviste un buen viaje? —cambió de tema apresuradamente.

La voz de Dave, profunda y aterciopelada, casi pareció susurrarle al oído.

—¿Te preocupas por mí? Hmm… ¿Estás pensando en mí?

Su tono tenía un matiz seductor y juguetón que hizo que las mejillas de Bianca ardieran.

Su corazón latió con fuerza, pero intentó mantener la compostura.

—Bueno… sí, a veces pienso en ti.

Dave se sorprendió con su respuesta. Soltó una risa baja, divertida, y preguntó:

—¿Ah, sí? Entonces, dime, ¿qué piensas sobre mí?

—Solo estoy esperando que regreses para devolverte tu collar.

El ambiente juguetón desapareció en un insta