Cuando por fin llegó a su oficina, fue directo a su escritorio y se conectó a su cuenta de redes sociales, esperando encontrar alguna pista. Pero no había ni una sola señal de lo que estaba pasando.
Justo en ese momento, Diana entró cargando un montón de documentos y los dejó sobre el escritorio de Bianca.
—Estas son las propuestas de las empresas que estaban haciendo fila esta mañana. Todas quieren trabajar con nosotras. Son cien.
—¿Qué? —los ojos de Bianca se abrieron de par en par—.
¿Cien? ¡Estás bromeando!
No podía creerlo. Sí, su empresa era conocida, pero no al punto de que cien compañías quisieran asociarse con ellas de golpe.
—No estoy bromeando. Son cien de verdad —respondió Diana. Se la notaba cansada, pero claramente emocionada.
Diana continuó:
—Y recuerda que eso es solo por hoy. Tenemos más empresas agendadas para reuniones hasta el viernes.
Bianca quedó aún más impactada. Apenas era lunes. Si cada día iban cien compañías, ¿significaba eso que en total serían quinientas?