Bianca lo recordaba claramente. Hacía mucho tiempo, en su cumpleaños, Dave le había pedido matrimonio en una pequeña iglesia. No tenía un anillo entonces, así que ella había enrollado ese mismo collar alrededor de su dedo, convirtiéndolo en un anillo.
El tiempo había pasado tan rápido. En un abrir y cerrar de ojos, habían pasado por tantas cosas juntos. Ahora, era Dave quien transformaba el collar de diamantes rojos en un anillo. Sentía que estaban de vuelta en aquella iglesia.
La voz suave de Dave rozó su oído cuando repitió la misma pregunta una vez más.
—Bianc, ¿quieres casarte conmigo?
Bianca lo miró y sonrió.
—Sí, quiero.
Un momento después, Dave se inclinó y besó su frente. Ese beso suave lo decía todo.
—Respeto la promesa que le hiciste a Blake —susurró—. Nos casaremos cuando él regrese. Y te daré la boda más hermosa.
Bianca sintió de repente ganas de llorar. Solo ella y Dave sabían lo difícil que había sido su camino. En su momento pensó que jamás tendría la oportunida