Después de que todo terminó, ambos yacían entrelazados sobre la cama de lujo. Diana miraba fijamente al techo, envuelta en una manta, con un vacío que comenzaba a instalarse en su pecho. Se giró, dándole la espalda a Brandon sin decir una palabra.
—¿Ya terminaste conmigo? Qué fría como siempre —bromeó Brandon, apoyándose en un codo—. ¿Y esta vez qué tal estuvo? Si aún no estás satisfecha, siempre podemos repetirlo…
La furia de Diana se encendió. Se incorporó de golpe y lo fulminó con la mirada.
—¿Crees que soy un pasatiempo barato? ¿Que puedes tenerme cuando se te antoje? No lo olvides: esto fue solo para saldar una deuda. ¡No habrá una próxima vez!
Brandon soltó una risa desdeñosa.
—Diana, no te hagas la inocente conmigo. Tú eras una experta, cambiando de chico cada día.
La expresión de Diana se volvió oscura.
—¿Estuviste investigándome?
—No hacía falta —respondió Brandon, con un matiz de celos en la voz—. Fuiste toda una celebridad en el campus, todos sabían que tenías vario