La sonrisa de Skylar tenía un matiz de curiosidad.
—No esperaba que realmente vinieras.
—Me costó un poco, pero era necesario —respondió Bianca, echando un vistazo al salón—. ¿No está el señor Evans contigo?
—Está atendiendo asuntos urgentes en la oficina. Se unirá más tarde —dijo Skylar, negando con suavidad.
—Entiendo. —Con el CEO aún ausente, Bianca decidió quedarse y esperar.
Los ojos de Skylar recorrieron a Bianca, quien, con su vestido blanco, irradiaba una pureza casi irreal. Un leve destello de envidia pasó por su mirada.
—Señorita Scott, por favor, tome asiento. Tengo otras cosas que atender, así que no podré acompañarla —dijo con cortesía, aunque su tono seguía siendo distante.
Tras despedirse amablemente de Bianca, Skylar caminó hacia el centro del salón y se acercó discretamente a Natalie. Las sonrisas cómplices que compartieron revelaban que algo se tramaba entre ambas.
Con el plan en marcha, Natalie hizo una señal a un camarero y pidió una taza de café negro.
Se ace