-Estás sumamente callado, mon amour .- Nael, salió de sus pensamientos, volviendo a la cruda realidad para fijar la vista en su prometida.
-Solo pienso un poco- dijo con tono serio.-Has estado muy frío desde que abandonamos Francia. ¿Te molesta que mi padre haya organizado el vuelo de regreso en su avioneta privada?-No me molesta- no viajaban solos; tres hombres de la guardia real y Didier, iban con ellos.-No lo sé - lo miró entrecerrando los ojos- estas...¿enojado?-Frustrado, esa sería la palabra adecuada- dijo con el ceño fruncido. Haleine, posó una de sus manos en la pierna de el. Nael, observó el gesto íntimo sin inmutarse. La femenina mano comenzó a acariciarlo, fue entonces que la detuvo, apartandola con poca delicadeza.- ésto será sumamente dificil.- dijo en voz alta. -Los matrimonios suelen serlo,mon amour- le dedicó una sonrisa. Haleine, se inclinó para besarle, pero el giró el rostro.<