CAPÍTULO 4

Genesis sentía bastante dolor mientras observaba a Leandro — Me he torcido el pie por tu culpa- ella lo miro a los ojos, con la pequeña borrachera que se mandaba su rostro se veía encantadora más allá del dolor, ella le había dicho a Ana que no queria tomar, pero la pelirroja juro que la iba a cuidar en la borrachera.

— Pensé que querías seducirme porque te advierto que los trucos de mujer barata no me hechizan - Leandro se veia muy serio, pero segundos  después le acaricio el rostro a la mujer, Genesis realizó un torpe movimiento que al final no fue tan torpe puesto que terminó desestabilizando a Leandro ambos habían tocado suelo, Genesis abrió sus ojos azules brillantes se abren aún más ella se había asustado, el cuerpo del Imponente hombre quedó por encima del suyo, Genesis no se movió por el miedo que Leandro provocaba en ella, de hecho le aterraba la idea de que el hombre cogiera la suciedad del suelo, ambos se miraron profundamente a los ojos.

- Podrías quitarte encima de mí - Ella quiso removerse, pero se contuvo, no obstante fue Leandro quien reaccionó tomando de las muñecas a la pequeña mujer que tenía por debajo de su cuerpo, los ojos del hombre derrochan la pasión que oculta su cuerpo envuelto en un traje costoso.

- Sabes que acabas de cometer un error y los errores se pagan - La voz del hombre se escucho ronco y por supuesto el rostro de Genesis se volvió lívido.

El hombre con movimiento rápido se había puesto de pie con la mujer en brazos la llevó a otra zona de la casa, todas las paredes eran hechas de cristal al momento en que entraron la fragancia de las flores entro en las fosas nasales de la mujer, ella estaba aturdida hasta que sintió la superficie en dónde su cuerpo fue posicionado de inmediato ella tuvo un mal presentimiento realizando el intento de colocarse de pie, pero un mareo la dejo nuevamente en su sitio, que era una pequeña cama.

Leandro había sonreído al ver aquella acción, segundos después se posicionó por encima de ella, la inmovilizó tomándola de la muñeca y llevando su brazo a la altura de la cabeza de ella, Leandro se veía misterioso, seductor y a la vez aterrador, mirada penetrante y encantadora.

Los labios de Leandro toman posesión de los labios de la mujer, el sabor de sus labios era de vino, la lengua del hombre tomó el control, sus manos puesta en el cuello de ella, un beso apasionado una mezcla de whisky y vino, ella no pudo evitar gemir derritiéndose ante el tacto del hombre.

La borrachera y la cordura de Genesis no iban en la misma dirección aquella noche, se escuchó el siseo de la tela del vestido blanco desgarrandose estremeciendo el cuerpo de ella.

- Mi vestido lo has roto - Murmuró ella con la voz temblorosa.

- Es de mala calidad si te portas bien te compraré una tienda entera - Murmuró Leandro desajustandose la corbata para posteriormente quitarse la camisa.

— ¿Que significa si me portó bien? - Susurra ella mientras siente la lengua del hombre en su clavicula y cuello además se sentía mareada por el alcohol y las caricias del hombre, su pequeño cuerpo reacciona ante las acciones del hombre.

— Cierra la boca - el hombre le mordió la oreja logrando que Genesis arqueara su cuerpo pegándose al cuerpo del hombre sintiendo el miembro masculino erecto, bien puesto para ella y aquello la hizo entrar en pánico.

— Es que duele - la mujer se quejó, mientras sentía que Leandro recorre su cuerpo con su mano, faltaba más cuerpo para que el siga explorando.

Ambos se habian quedado desnudos ella sintió el cuerpo desnudo del hombre, segundos después había observado algo que para muchas podría ser obsesionante observar el cuerpo desnudo del hombre más poderoso de España, el mismo por el que todas las mujeres suspiran y ella no deseaba aquello, ella era diferente.

La sonrisa malévola, la respiración acelerada los ojos ardiendo de deseo del hombre hicieron que Genesis trague saliva, observó como el hombre tomó con sus manos su miembro, separo lentamente las piernas de la mujer segundos después ella cerró los ojos mientras sentía como el hombre entraba en su cavidad, ella estaba humeda ya preparada para él, debido al estimulo de Leandro, se hundió profundamente en el interior de ella al sentir su falo abarcar cada centímetro de ella, Leandro gruñó con ferocidad lo estrecho de la cavidad femenina podría volverlo loco.

Genesis se llevó la cabeza hacia atrás, por supuesto el alcohol la dejaba aún más sensible reaccionando a las caricias que el hombre le dejaba en la piel, profundas embestidas, gruñidos roncos de él, hacen sentir una sensación desconocida para ella, dispuesta a dar y pedir mucho más de aquella fricción, de aquel encuentro desesperado de sus cuerpos .

Leandro la besa, un beso al cual en menos de 2 segundos ella respondió envolviendo sus brazos alrededor del cuello del hombre, mientras seguía empujando en ella, después de unas horas, siendo las 4 de la madrugada el intenso encuentro sexual había terminado, sus cuerpos estaban enredados entre ambos, el otoño no se sentía tanto por el calor que ellos desprendían.

El hombre encontró la pasión en el pequeño cuerpo de la mujer que estaba exhausta su cuerpo brillante de sudor, Leandro la observó tan frágil y tan ardiente a la vez, Leandro la estaba observando desde el otro lado de la pequeña cama, hasta que observó que ella parecía haber temblado entonces el hombre hablo.

— Vístete y entra en la casa - Fueron las palabras expresadas por el hombre con total frialdad.

— No tengo ropa, acabas de actuar como una bestia, me has roto mi vestido, de hecho me debes un vestido no pienso entrar envuelta con un vestido roto en la casa, además las amigas de tu madre también estaban hace rato no quiero hacer pasar un momento incomodo mucho menos que me lo hagan pasar a mi - responde Genenis realizando un puchero y tratando de cubrirse el cuerpo desnudo con el vestido roto, pero aquello ya era inservible.

— ¿Por qué eres tan ruidosa? - Leandro levantó su saco del suelo y se lo acercó a la mujer - No molestes ponte esto y súbete ahora - Ordena con voz demandante el hombre y Genesis tiembla abte aquella tonada.

— No soy ruidosa estoy en todo mi derecho de expresar mi incomodidad y lo que quiero evitar al entrar con las prendas rotas en la casa - Expresó Genesis mientras se colocaba él sacó del hombre, después de todo agradece que se lo esté dando - Además si tengo la ropa toda rota es culpa de usted porque le recuerdo que fue usted quien vino a mí usted es el culpable de esto señor Betancourt.

— ¿Oh, vine a ti? Vaya que autoestima tan alta, ahora podrás realzar tu ego diciendo que Leandro Betancourt vino a ti - El hombre dejó ver una sonrisa peligrosa mientras se acercaba a su esposa nuevamente, pero la mujer se alejó más de él manera inmediata antes de responder, no quería tentar la muerte tampoco que Leandro la agarre del cuello y la estrangule hasta la muerte.

— ¿Cómo podría el Presidente Leandró haya Betancourt venir a su esposa por Contrato? - Genesis se burló, de hecho el alcohol aún estaba haciendo efecto en ella dándole valentía para hablar.

— Es que tengo una esposa muy gentil, que piensa en todos antes que en ella entonces supuse que no tendría ningún inconveniente en ayudarme con mi apetito sexual ya que piensas en todos- Genesis prefirió quedarse callada - es que eres la Amada por el CEO - Ella no sabe que aquellas palabras tenían un significado oculto y desconocido para ella.

La mujer tomó las palabra de Leandro y se alejó de allí encontró el camino que la devuelve a la parte de la cocina ya las amigas de su suegra no estaban ella fue directo a su habitación, entró a ducharse su cuerpo aún tenía rastros de sexo con Leandro cuando estuvo envuelta en la toalla y se acercó a la ventana se percatado de que su habitación daba a la habitación cristalina oculta del jardín, desde allí parece ser ocupado únicamente para mirar su habitación, entonces vio a su marido, la elegante figura masculina, pero tenía un cigarro entre los dedos, la mujer arrugó la frente no sabia que Leandro tenía la costumbre de fumar, al mirar su espalda Genesis recibió la vaga sensación de que el hombre se sentía solo, quizás extraña a alguien.

Vio a su marido contestar una llamada, Leandro lo había contestado y Genesis se dijo que ya tuvo bastante del hombre el día de hoy entonces apagó las luces de su habitación y se metió a la cama, aunque ella seguía con una duda.

- Si Gisele ya esta de regreso ¿por qué Leandro parece triste, es muy fácil divorciarse de mi y empezar de nuevo con la mujer que ama? -  Susurró ella desde la oscuridad - ¿Y porque se acuesta conmigo? ¿Por qué tenemos intimidad como verdaderos esposos? ¿Por qué me lo hace con tanta pasión, como si aquello fuera la Gloria para el?

Genesis se mantuvo con los ojos abiertos ligeramente hasta que la puerta de su habitación se abrió, ella de inmediato salto de la cama y agarro su pantuflas nadie entraba en su habitación excepto las chica de limpieza a la mañana, la mujer tenía una buena puntería y sin dudar tiro el pantuflas logrando que Leandro emitiera un leve gemido al sentir el golpe en la cara. Genesis al escuchar a Leandro se había asustado, su mano había sudado de manera inmediata, su respiración se volvió pesada de inmediato.

- ¿Que demonios ocurre contigo Genesis? tal parece que quieres morir esta noche  - expuso el hombre bastante enojado, sus ojos avellana parecen verse más agresivos.

- No sabía que eras tú ¿que estas haciendo en mi habitación? - responde ella con la voz entrecortada por el miedo de tirarle al hombre en su cara, definitivamente tenía mucho miedo.

- Te recuerdo que esta es mi casa y voy a dormir aquí en esta habitación m*****a imprudente - Ruge Leandro Betancourt.

- Pues muy bien usted duerme aquí yo voy a buscar otra habitación - Genesis no protestaria le dejaría al hombre la habitación sintiéndose culpable por darle con el pantuflas en la cara.

- Tú no te vas a ninguna otra habitación aquí vas a dormir conmigo, tienes que cuidarme toda la noche por el golpe que me diste con tu maldito zapatos de peluche - Leandro se veía feroz.

- Nunca hemos dormido juntos no tiene porque hacerlo ahora lo voy a cuidar en su habitación voy a velar por sus sueños y.

- Acabo de decirte que vamos a dormir juntos, eres mi esposa y los esposos duermen juntos ya hasta te hice mía entonces dormir se hace con los ojos cerrados ahora si tu quieres que vuelva a comerte no tengo ningún inconveniente en hacerte mía nuevamente hasta El amanecer.

La voz tan varonil de Leandro generó cierta reacción en el cuerpo de la mujer que también se había sonrojado, no obstante le parecía ilógico dormir en la misma habitación y en la misma cama aunque eso hacen las parejas que están casadas, pero ellos no tienen porque hacerlo.

- Quiero saber que ha cambiado, porque tenemos sexo y hasta vamos a dormir en la misma habitación - Ella pregunta resignada.

- No ha cambiado nada, solo es sexo además somos esposos ahora cállate y cuidame - Ordena Leandro.

- Tengo una última pregunta ¿nos divorciaremos mañana verdad? - Leandro arquea las cejas al escuchar aquello.

- No hay divorcio porque te recuerdo que nuestro matrimonio es un acuerdo que dura 365 días, un año Genesis ahora ven a cuidarme y quítame la camisa y deja de hacer preguntas estúpidas mujer.

La mujer avanzó frustrada hasta estar cerca de Leandro por supuesto temerosa de lo que el hombre le puede hacer por tirarle en la cara con su pantuflas, la pequeña lámpara de la habitación es la única fuente de luz ella observó cuidadosamente las facciones masculinas tenía una zona roja, pero aún asi se apreciaba el encantador rostro del hombre, pero Genesis también lo asocio con el rostro del Diablo.

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