Lizbeth descubrió que su futuro esposo la engañaba dos días antes de la boda, así que lo avergonzó frente a todos abandonándolo en el altar, pero las cosas no salieron como pensaba y terminó siendo demandada por la familia del que fue su ex novio. Sin embargo, ese mismo día se encontró con un pequeño niño que la reconforto y de algún modo el padre de dicho niño apareció en su puerta con una proposición a la que no podía decir que no. Jeremías el CEO de un gran conglomerado médico de tirar la toalla con el tratamiento que su hijo mayor que se niega recibirlo pero cuando consigue que el niño le haga una petición no se niega a traer a su vida a una estudiante de psicología de ultimo año que un día conoció en un parque, Jeremías, quien decidió hacer todo por el bien de los niños decide hacerle una propuesta la chica. «Te casaras conmigo, a cambio pagare tus deudas» Eso fue lo que el dijo y como era de esperar ella aceptó, pero las cosas se podrían complicar peligrosamente cuando esa mujer no solo roba el corazón de los dos pequeños a su cuidado sino también el suyo, algo que sin duda alguna es un problema. Debido no solo a que el no desea una mujer que pueda lastimarlo una vez más sino a su familia y al futuro de un matrimonio que no fue otra cosa que un acuerdo ventajoso para los dos.
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Hoy es mi boda, después de cuatro años por fin, pero me estoy debatiendo entre huir o no de este matrimonio.
Porque, aunque decidí darle otra oportunidad a mi futuro marido David sigo cuestionando si es lo correcto.
Mi corazón late cuando subo los escalones hasta la puerta. Sujeto fuerte el ramo de rosas, mi futuro esposo me mira con su cara dura e intenta sonreírme, como si él no me hubiese…
—¿Estás bien? — El hombre junto a mí parece genuinamente preocupado.
Detengo mi mirada en el broche en su traje, el adorno es tan brillante que pareció cegarme los ojos.
Acerco mi mano hacia el broche colgado en el traje de mi esposo, notando la tensión en su cuerpo cuando mis enguantadas manos se acercan a dicho objeto, pero él simplemente sonríe mientras el cura continúa con sus palabras sobre el matrimonio.
—Este broche… Es muy bonito — comento sin despegar mis ojos de los suyos —. ¿Quién te lo dio?
—Fue mi madre — responde el muy malnacido —, dijo que debía lucir bien el día más importante de nuestras vidas.
Qué desvergonzado, actuó de forma impecable, cómo es que nunca me di cuenta de que era tan descarado.
—Ahora, los novios procederán a decir sus votos y sellaremos el feliz enlace ante los ojos de dios — el cura nos mira con una sonrisa en sus labios —. Usted, señor David Erickson ¿está dispuesto a contraer matrimonio con esta mujer, de libre voluntad y de buena fe?
—Sí, lo estoy — responde mi futuro esposo —. Quiero agradecerle todos estos años de compromiso y ayuda en los que me ha hecho un hombre mejor.
—¿Y usted, señorita Lizbeth Smith, está dispuesta a contraer matrimonio con esta mujer, de libre voluntad y de buena fe?
—Si, lo estoy o eso pensaba — miro a mi futuro esposo —. Pero, ahora tengo algo que decir.
Mi suegra en primera fila se pone en pie, sus ojos se abren desmesuradamente mientras la multitud comienza a murmurar.
Resoplo cansado de todo este teatro, arrancando el velo de mi cabello para lanzarlo al suelo.
—¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar David? — intento calmarme —. ¿Cuánto tiempo pensabas tenerme como tu mascota?
—¡Qué estás haciendo! — chilla mi suegra desde su asiento —. Estás arruinando la boda, por favor ustedes están a punto de…
—Como te atreves tú a abrir la boca — sujeto el broche lo arranco con brusquedad para lanzarlo a los pies de mi querida suegra —. ¿Cómo se atreve a llevar esto hoy, su excelente hijo? —le pregunto—, cómo lleva algo que fue un regalo de su prima.
Exacto, he visto este broche, hace dos días, en las fotos que enviaron a mi correo electrónico.
Me dijo que era un regalo de bodas de ella para mi esposo, junto con un montón de fotos de mi esposo durmiendo con ella. Y esta mujer, resulta que es su prima y su ayudante.
—¡Cierra la boca niña! — grita mi suegra—. Deja de decir mentiras sobre mi hijo.
Su madre se descontrola, cundiendo un pánico tras destaparse la mentira, bueno, parece que mi maravillosa suegra lo sabía todo.
—Ubícate, eres una psiquiatra inútil con una mano desperdiciada, ¡y una familia de nuestro calibre está dispuesta a aceptarte! He incluso en eso te ayudamos porque sin nosotros no habrías sido nadie, nunca. —se puso histérica.
Pero realmente me duele, no puedo evitar tocar mi mano, que tiene tiritó
—Eso da igual ahora, no cambia el hecho de que los vi, nadie me dijo una sola palabra y si, tu hijo se revuelca con su primita que después de todo es su asistente solo porque ustedes la pusieron —niego— son tan descarados que lo hacen justo en el departamento que estás pagando pero qué puedo esperar si ustedes son todos unos hipócritas.
Saco los guantes de mis manos, los dejo caer a un lado ante la mirada estupefacta de todos en la boda y hago la única cosa que me queda por hacer.
Tomo el ramo de novias y se lo estampo en la cabeza a mi estúpido ex prometido.
—Espero que tu vida se vaya al infierno, que te podrás ahí con esa sucia con la que te revuelcas y que no tengas la poca vergüenza de volver a dirigirme la palabra pedazo de basura.
Después de esto y ante la mirada de todos, salgo corriendo de la iglesia, dejando atrás toda la confusión. Escucho a mi suegra y a mi madre discutir, Tambien la furiosa voz de mi primo tratando de detener a David... Pero no quiero preocuparme de nada de eso ahora mismo, solo quiero huir de esta ridícula boda.
*********
Mis fuerzas se deshacen en medio de un pequeño parque para mascotas, me dejo caer en el césped desolada con todo lo que acaba de pasar e intento calmar los sollozos que escapan de mis labios. Oculto mi rostro entre las manos.
Hace dos días lo tenía todo, una relación feliz, una carrera que iniciará mi sueño médico y un futuro junto a un hombre que amaba.
Pero la vida se hace nada en unos segundos y justamente eso acaba de pasar, ahora no soy más que una pobre loca sentada en medio de un parque para mascotas.
—¿Está bien señorita? — La voz tierna que pregunta eso me hace sorber por la nariz antes de mirar en su dirección.
—¿Es usted una princesa? —El niño de cabello rubio que me mira se inclina para tocar mi vestido.
—No, yo solo… — niego —, tuve un mal día.
—Yo también tuve uno así—me responde—. Pero mi papá dice que podemos encontrar cosas buenas incluso en días así.
El niño se sienta a mi lado, me toma de la mano con una pequeña sonrisa y me siento conmovida por sus palabras, el pequeño pasa su manita por mi cabeza.
No sé cómo sentirme realmente, pero sonrío porque después de todo ser consolada por un inocente chico hace que realmente sienta que aún hay bondad y sinceridad en este mundo.
El chico desconocido me ofrece un pañuelo que tomo solo por no hacerlo sentir mal ya que está siendo tan bondadoso conmigo.
—Cuando tengo malos días — dice él con calma — mi hermana llora mucho así que cuando está triste me abraza — aparta la mirada —. ella no puede hablar, pero sé que me quiere a pesar de tener días malos que la hacen llorar…
La dulzura mezclada con tristeza en su voz me hace lloriquear un poco más, el niño rodea cariñoso mi mano con uno de sus brazos sin que pueda decir alguna cosa.
Pasan unos minutos antes de que limpie mis lágrimas. Me doy cuenta de que no hay muchas personas en este lugar. Acaricio ligeramente el cabello del pequeño, ahora preocupada de que deambule solo por un cirio como este.
—No deberías estar aquí solo— le digo —. si te perdiste te puedo ayudar a regresar con…
—¡Que está haciendo usted! — la voz furiosa me hace saltar, me pongo en pie con prisas —. ¡Cómo se atreve a acercarse a mi hijo!
—Yo no… — trato de explicar —, el niño solo se acercó a mí.
El hombre me mira con desagrado, toma al niño en brazos incluso cuando este se resiste y él vuelve a mirarme con soberbia antes de hablar con una voz amenazante.
—No me importa qué tipo de loca sea usted, paseando por el parque con su vestido de novia. Pero, no debería acercarse a un niño desconocido, podría traerle muchos problemas.
Me miró y dijo, oh, dios mío, sí estoy usando un vestido de novia en este momento, es realmente vergonzoso para mí. Pero ¿cómo se atreve este hombre?
—Es usted una persona desagradable — le digo al sujeto frente a mí —. y debería cuestionarse a sí mismo como dejó a un niño solo en medio del parque que también está rodeado de calles muy transitadas— chasqueo mi lengua—alégrese de que no tengo tiempo para decirle cuántas cosas pudieron salir mal.
Miro al niño que intenta zafarse de los brazos de un hombre sin parar, cuestionando la identidad del hombre desagradable frente a mí.
—¿Es tu papá de verdad, cariño?
LucíaUn año después— Mamá, de verdad es que estoy muy feliz con todo esto — termino de colocar los platos sobre la mesa mientras escucho a los hombres más allá del comedor — ¿No estás feliz también?— Claro que si mi niña — ella trata de sonreír — no hay nadie en todo el mundo más feliz que yo de tener a mi hija aquí para celebrar que está esperando un bebé.Sé que trata de ocultar el que mi hermano no esté aquí, le sigue doliendo, pero no puedo hacer nada, mi hermano no ha vuelto a contactarse conmigo o con Lucas y eso también me pone un poco triste. Miro hacia la sala donde Amy está sentada dibujando alguna cosa mientras el resto de personas habla.— Ma sé que extrañas a Mat — suspiro — pero quizás si hablas con papá y él trata de encontrarlo…— Lulú, no hablemos de esto — suspira — sabes muy bien cómo es tu padre, también quiero que esta cena de nochebuena sea buena para ti y tu esposo, estoy muy feliz de verte casada mi nena.— Mamá, yo estaría mucho más feliz — le pido a Amy ve
RogerNo puedo creer que las cosas estén sucediendo de esta manera, dejo a Lucía dormida junto a Amy en mi cama antes de salir de casa, he conseguido que se calme un poco, pero sé que debo hacer algo. Lo que me dijo mi hermano sobre saber dónde ha estado mi mujer es mucho más de lo que puedo soportar.También odio saber que fue capaz de publicar fotografías de alguien más, había visto ese libro, pero pensé que era solo una modelo. Peino mi cabello hacia atrás antes de camino hacia la casa de Lucía, necesito al menos disculparme con su hermano, si es que sigue en casa. Toco en la puerta sin saber exactamente qué hacer, pero no necesito decir nada cuando abren mi puerta.Simplemente, entro, me siento en una de las sillas de la sala y los dos hombres en la habitación me hacen sentir un poco incómodo. Me sirven una cerveza antes de que obviamente esperen una explicación o algo que incluso yo se debo dar— Le prometo que no sabía nada de esto — les digo — tampoco tengo una buena relación c
LucíaMe quedo congelada mientras la escena que transcurre frente a mí es simplemente surrealista, Roger tiene sujeto del cuello a mi antiguo profesor de fotografía. Él me mira sorprendido desde su posesión y siento mi corazón detenerse mientras observo sin poder hacer otra cosa, sus rasgos, están un poco más marcados, pero no cabe duda de que es él.— ¡Tu bastardo!Mi hermano grita antes de alejarse de mí, Roger corre hasta donde estoy apartando el cuadro que se ha roto en mil pedazos a mis pies. No puedo respirar, mis manos se sienten frías y quiero gritar, pero no puedo simplemente decir una sola palabra.— ¡Mírame Lucía! — grita Roger que se escucha demasiado lejos — ¡Respira!, ¡Respira!Quiero hacerlo, pero no soy capaz, él masculla alguna cosa mientras me toma del brazo, me lleva fuera de la casa y me sujeta fuertemente contra su pecho. Su olor me hace comenzar a calmar el ataque de pánico que estoy teniendo, siento poco a poco que mi cuerpo recupera la compostura, así que cuand
RogerRecibo un mensaje de Lucía que dice que su hermano irá a casa para hablar con su otro hermano, me digo que debo quedarme en casa para que ella tenga su tiempo de reconciliación. Le pido a mi hija que no vaya a molestarla explicándole lo que está pasando y salgo al porche de mi casa cuando mi móvil comienza a sonar con el número del abogado.— ¿Qué sucede?— Tengo todos los documentos listos en casa para comenzar el proceso — sonríe — sé que te dije que tomaría un tiempo, pero moví algunas influencias para tratar de acortar el proceso, la sentencia, en cambio, sí es algo que no puedo apresurar.— Con que tengas los papeles listos es más que suficiente, puedo ir a firmarlos cuando quieras.— Me parece que puede hacerlo pasado mañana, luego estaré más ocupado aún con los divorcios pre navidad — suena divertido — es bastante complicado esta época.— Comprendo, entonces iré pasado mañana.— Excelente, tenga buen día.Mi abogado cuelga, el número de mi madre aparece entonces en la pan
Lucía— ¿De verdad no quieres venir?Pregunto a mi hermano acostado en mi sofá bebiendo un poco de café mientras come también unas palomitas de maíz que definitivamente son de la noche anterior.— No, quiero ocuparme de mis propios asuntos — me mira — ¿Por qué no invitas a tu novio?El habla con firmeza, aunque después sé que se está burlando. Me decepciona que no quiera ir conmigo, pero no puedo obligarlo, tampoco quiero hacerlo, así que tomo mi bolsa del sofá— De verdad que deberías ir a casa conmigo Mat — coloco la bolsa en mi hombro — y Jerry está muy ocupado, además de que es demasiado pronto.— ¿Pronto? — él niega — tienes casi treinta, duermes con él y él ya tiene una hija, así que no es nada pronto.— No voy a hablar de estas tonterías contigo — mascullo — no cuando no quieres ir a ver a nuestros padres, preocúpate por tu propia vida Mateo.— Como quieras.Salgo de casa completamente molesta, camino hacia la casa de Roger porque realmente quiero hablar con él antes de irme a
Roger— Sé que le dije que tomaría un poco más de tiempo — el doctor de Amy habla calmadamente sentado desde el otro lado del sofá — pero hemos visto que la lesión de su hija ha mejorado ligeramente y también pudimos comprobar que el dos por ciento de posibilidades de recuperar la audición del oído menos dañado ha subido a un treinta por ciento.— ¿Qué quiere decir, doctor?, podremos hacer que vuelva a escuchar.— Realmente es algo complicado — me dice — pero con un treinta por ciento es algo que nos permite operar en unos cuatro meses — el alza una mano para evitar que diga alguna cosa — esta operación sólo le permitirá escuchar un cincuenta por ciento a su hija, pero podemos mejorarlo progresivamente cuando su cuerpo crezca si las cosas siguen como hasta ahora — sonríe — podemos operar el otro oído quizás en un futuro, pero como ya dije todo lleva su tiempo.— Esas sin muy buenas noticias doctor — admito — dígame que necesita y lo tendrá, firmaré cualquier documento, así podremos ag
Último capítulo