—¡Serena! —Jack... No es lo que parece.... Puedo explicarlo. —¿Cómo pudiste hacerlo? —Solo guarda esa pistola, Jack. Podemos hablar como personas civilizadas. —Jack, amigo....—¡No me llames amigo!—gritó con furia—estás con mi esposa, en mi cama, y en mi casa.—No cometas una locura, Jack. Mírame bien, soy tu esposa. —Ese precisamente es el gran problema, Serena... ¿Cómo fuiste capaz? —No te hagas el sorprendido, Jack. Sabías perfectamente que nunca te amé. Tú solamente has comprado mi cariño y compañía todos éstos años, pero es realmente Albert el amor de mi vida. —¡Malditos!—exclamó con lágrimas en los ojos—los puedo hacer pagar por su traición, solamente con tirar de este gatillo. —¡Entonces hazlo!—se levantó—sabes que no tienes las bolas para hacerlo. —Serena...—Tranquilo, Albert, yo sé lo que hago. Te conozco muy bien, Jack. Sé que no me harás daño. Todo esto es un show barato que estás armado para aparentar que eres un hombre respetado, pero no eres nada. Solo eres un
Leer más