Capítulo 5Para mi sorpresa, Camille estaba en la puerta, ofreciéndome un plato tapado con una sonrisa suplicante.—¿Qué haces aquí? —Fruncí el ceño por reflejo.—Rowan me dijo tu número de habitación y, como te fuiste temprano, pensé que tendrías hambre, así que te traje un poco de tarta de queso —dijo, levantando la tapa del plato. La miré con el ceño fruncido. Quién sabe, ese trocito de tarta podría estar envenenado.—Gracias —dije sin hacer ademán de coger el plato—. Si eso es todo, puedes irte.Noté que sus hombros se encogían y su mirada se perdía por un instante antes de bajar la vista.—Siento que… que no te caigo muy bien, Mary… —Maya.—Lo siento, Maya. Solo quiero que seamos amigas. No sé qué hice exactamente para enfadarte, pero…—¿No sabes qué hiciste para enfadarme? —la interrumpí, arqueando una ceja. —No apruebo ese tipo de comportamiento con mi esposo, Camille. Me da igual si ustedes dos se conocen desde hace mucho tiempo, pero te pido que nos dejes en paz. Ya me has ar
Leer más