Autor: Sally (KN)CAPÍTULO 11 – EL INSTINTO DEL ALFAEl cielo sobre Silverfang estaba pesado y gris, cargado del aliento de las bestias. El viento aullaba entre el bosque ennegrecido, arrastrando el olor a sangre aún fresca. Mara permanecía al borde del arroyo; su reflejo ya no era completamente humano. Sus iris habían empezado a volverse ámbar y finas vetas rojas rodeaban sus pupilas: la marca inconfundible de un Alfa híbrido.Desde la noche de la Luna de Sangre, su cuerpo la traicionaba. Cada latido, cada respiración hacía hervir la sangre en sus venas. Sus oídos captaban el pulso de los animales salvajes ocultos entre la maleza y sus sentidos agudizados distinguían hasta el olor del miedo flotando en el aire. Pero lo que más la aterrorizaba no era ese poder; era el impulso primitivo de desgarrar y morder que surgía cada vez que Ronan se acercaba.«¿No pudiste dormir?», la voz de Ronan rompió el silencio, grave y áspera, agotamiento en cada sílaba. Salió de detrás de un árbol; el ho

Autor: Sally (KN)CAPÍTULO 13 – EL HIJO DE DOS SANGRESMara sentía su cuerpo cambiar día tras día. Dolores agudos le atravesaban el vientre, una transformación extraña que no podía controlar. La presencia del niño dentro de ella se hacía más vívida: un ser que despertaba poco a poco, pateando con fuerza, como si ya supiera del peligro que acechaba afuera.Por las noches, cuando ella y Ronan se escondían en las sombras, sentía que la conexión entre los tres se fortalecía, pero también sentía una soledad inmensa, un peligro que la arrastraba hacia un lugar oscuro.Ronan hablaba poco de ello. Parecía ocultar la preocupación en sus ojos cada vez que miraba su vientre. Pero ella sabía que él no solo temía la maldición en su propia sangre, sino también al hijo que ella llevaba. Un hijo que podía cambiar su mundo entero.Esa noche, cuando las estrellas sobre Silverveil comenzaron a apagarse, llegaron a una vieja casa abandonada en las afueras de la ciudad. Era allí donde el **Dr. Elias Ward*

Autor: Sally (KN) CAPÍTULO 15 – ALIENTO DE SANGREEl cielo sobre Silverveil ardía en rojo, como una herida abierta sangrando en la noche. La luna llena teñía la ciudad de un rosa espectral, reflejándose en los cristales rotos del laboratorio destruido y convirtiendo todo en un mar de sangre.En las profundidades subterráneas, Mara despertó sobresaltada. La alarma llevaba rato en silencio; solo se oía el goteo constante de algo espeso y pegajoso a su alrededor. Sangre… o químicos, ya no lo distinguía.«¿Ronan?» Su voz salió ronca, temblorosa, rompiendo el silencio asfixiante. Ninguna respuesta.Una luz de emergencia parpadeaba débilmente y le mostró su cuerpo tendido entre escombros. Su vientre seguía subiendo y bajando: el niño estaba vivo. Esa certeza le provocó un escalofrío de miedo y alivio a la vez. Intentó incorporarse; el dolor le atravesó cada fibra, el sabor metálico de la sangre le llenaba los pulmones.Entonces oyó otro ruido: el chirrido del metal siendo forzado. El