La muñeca de Vanessa fue tomada de repente, y al mirar hacia abajo, suspiró, queriendo liberarse del agarre de Luca, pero este se apretó aún más.—Señor Kensington, si no me suelta, llamaré a la policía —dijo, sacando su teléfono del bolso con una mano, a punto de marcar, cuando el teléfono le fue arrebatado.Frunciendo el ceño de ira, fue interrumpida por Luca, que dijo:—Colaboremos.La súbita propuesta de colaboración tomó a Vanessa por sorpresa, y ella se burló:—No creo que su solicitud sea sincera, señor Kensington. Si quiere usarme, ni lo piense; no colaboraré con usted.
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