Clara—Esto sigue siendo surrealista —dijo Lucy—. Casi perdí la esperanza de que alguna vez recuperaras la libertad.“Es un verdadero milagro. Gracias por resistir con tanta fuerza, Clara”, añadió Mabel.Logré esbozar una sonrisa a pesar de mi rostro rígido. Ha pasado casi una semana desde que, según mis amigos, me liberaron repentinamente de la mazmorra. Dijeron que me había desmayado y que desperté unos días después. Gracias a Mabel, que conoce a un sanador, me atendieron a tiempo. Porque Vincent jamás habría permitido que el médico de la manada me atendiera. Todavía no me lo creo. Sospecho que está jugando a algo macabro.—Ojalá pudiera quedarme más tiempo contigo, Clara. Pero tengo que volver al trabajo. Prometo pasar toda la noche contigo —dijo Lucy, disculpándose.Mabel mantenía una sonrisa relajada mientras me vendaba las heridas. Gracias a los pétalos de luna y otras hierbas, mis cicatrices están desapareciendo y ya no siento tanto dolor interno como antes.“Creo que debo dart
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