(Ariel)Después de que Emily saliera corriendo, me quedé preocupada y me acordé de preguntarle más tarde si estaba bien.Dejé el material de limpieza en el armario y fui al vestuario, hecha polvo y un poco irritada. Justo hoy que estaba sola, tenía que fastidiarse el grifo del baño de mujeres y encharcarlo todo, y a mí de paso.Nada más entrar en el vestuario, me quité el delantal y la camisa del uniforme, quedándome solo con la camiseta de tirantes que llevaba debajo, también empapada.Abrí la taquilla y vi el vestido que había traído. Suspiré, sabiendo que no podía ponérmelo todavía, ya que faltaban dos horas para el final del turno.Mientras pensaba qué hacer, escuché una voz baja afuera.— Te dije que es un idiota. Tú te lo has creído porque has querido — dijo una voz de mujer.Me escondí detrás de la puerta, reconociendo la voz de la secretaria de Christian.— ¡No! ¿Estás loco? — Su voz sonó nerviosa, y luego se volvió aún más baja, acercándose a la puerta.Dejé de moverme, rogan
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