DOUGLAS WARDSalimos del parque de atracciones y volvimos a mi ático. Abrí la puerta y entramos los dos. En cuanto se cerró la puerta, la empujé contra la pared y capturé sus labios.Sus dedos se enredaron en mi cabello mientras me atraía hacia abajo, queriendo más. No podía esperar más. La cargué en brazos como a una novia mientras caminaba hacia la cama, luego la dejé caer con delicadeza y me subí sobre ella, reclamando sus labios de nuevo.La besé como si no hubiera un mañana, demostrándole cuánto significa para mí. Sus piernas me rodearon mientras me atraía más cerca, y yo gemí.—Mi mujer... —susurré, mientras ella se incorporaba lentamente y mi mano iba a la espalda del vestido que llevaba.Besé su cuello, mordiendo y lamiendo mientras ella gemía, agarrando la sábana con fuerza.—Douglas... —susurró ella, con la respiración agitada.—Mi mujer, mi amor, mi todo... Voy a adorar este cuerpo. Cuando termine contigo, te darás cuenta de que eres la única mujer para mí, la única que qui

AURORA SUMMERPasamos todo el domingo en casa y Douglas no se cansaba de mí; cualquier cosita que yo hiciera lo excitaba.Llegó el lunes y, por mucho que intentó convencerme de que debíamos faltar al trabajo, me negué a escucharlo.—Por centésima vez, Douglas, para —gemí mientras apartaba su mano de mi cintura. Estaba intentando vestirme para el trabajo, pero cada vez él venía por detrás y empezaba a besarme el cuello, me dejaba confundida sobre si quería vestirme o desnudarme.—Está bien, eres la prometida del jefe —dijo él, y yo me volví hacia él con una mirada furiosa. Él levantó la mano en señal de rendición antes de hacer un gesto de cerrar la cremallera en sus labios.Finalmente me vestí con un traje de chaqueta azul marino con un toque de blanco mientras me aplicaba el pintalabios. Mi cabello ya estaba recogido en un moño desordenado, cortesía de mi guapo prometido.—Estás deslumbrante —elogió, y yo hice una pequeña reverencia mientras él se reía. —Vamos allá. —Él tomó mi mano

DOUGLAS WARD—¡Aurora! —grité de miedo mientras me arrodillaba, levantándole la cabeza y colocándola en mi regazo. Esto no debería haber pasado, pero por culpa de mi padre terminé golpeando a mi mujer—. La culpa es tuya, papá, te lo juro… —Me contuve para no decir nada más mientras intentaba despertar a Aurora. No quería pensar en nada negativo.—Thalles, ¿qué te pasa? ¿Por qué le haces esto a esta pobre chica? ¿No puedes simplemente dejar que sean felices? Se aman, ¿es tan difícil de ver? —preguntó mi madre, visiblemente irritada y frustrada con la situación.—No puedo permitir que alguien que solo quiere el dinero de mi hijo se case con él, y ella está haciendo que mi hijo actúe como un loco; estaba a punto de golpear a su propio padre. —todavía se atrevió a decir mierda.Ni me molesté en responder. Toda mi atención estaba en Aurora mientras ella empezaba a moverse. Gimió mientras se llevaba la mano a la nuca y luego abrió los ojos lentamente.—Amor, ¿estás bien? No hay sangre, no t

AURORA SUMMERVi la manera en que su mano apretó el volante e inmediatamente supe que no debería haber hecho esa pregunta.—Lo siento, amor, no tienes que responder —dije, tocando su mano, y él se relajó un poco.El coche se quedó en silencio y me sentí mal por sacar ese tema en ese momento, pero su padre hizo que quisiera saber cómo ocurrió el accidente. Tal vez culpe a Douglas por algo. Tal vez sea por eso que él es como es.El silencio permaneció hasta que Douglas se detuvo frente a mi puerta.—Buenas noches, amor. Por favor, no te enfades. —pedí, besando su mejilla. Estaba a punto de abrir la puerta y salir, pero su mano me detuvo.—Él me culpa. Mi padre me culpa de la muerte de mi hermano. —dijo, y yo me giré hacia él.—Amor... —suspiré, acercándome para abrazarlo.—Una noche, mi hermano volvió a casa devastado, con el corazón roto. Le pregunté qué había pasado y me dijo que había peleado con su novia, que ella lo estaba engañando con otro hombre. —se detuvo, apoyando la cabeza e

DOUGLAS WARDElla se giró lentamente y me miró con asombro, pero lo disimuló rápidamente, mostrando su fachada inocente.—Te voy a preguntar solo una vez: ¿con quién diablos estabas hablando por teléfono? —pregunté mientras daba pasos amenazantes en su dirección, y ella retrocedió con miedo.—Nadie, no estaba hablando con nadie —respondió, negando con la cabeza.Ella pensó que estaba bromeando cuando dije que no iba a preguntar otra vez. No lo pensé dos veces antes de rodear su cuello con mi mano y empujarla contra la pared.—No me provoques. Puedo ser una persona diferente cuando quiero. Claramente, la persona con la que estabas hablando era sobre mí, y la mujer a la que quieres quitar de en medio es Aurora. Cualquier cosa que la ponga en peligro me pone furioso, así que dime con quién estabas hablando antes de que haga algo de lo que te arrepentirás —dije mientras mi mano apretaba su cuello y ella intentaba apartarla.—Yo... yo... —balbuceó.Rápidamente quité mi mano de su cuello y