Al subirme a su moto le tomé de la cintura fuerte, amaba sentir mi cuerpo tan cerca del suyo, sentir su olor cerca de mi, mientras la brisa me pegaba en la cara y apretarlo, recostarme de él cada vez que hay un semáforo, sentirlo tan mío, sabiendo que soy solo suya.Su casa era muy pequeña pero acogedora. Al llegar me agarró del cuello fuertemente y me besó como si no hubiera un mañana, nuestros cuerpos estaban muy pegados que ya comenzaba a sentir calor, nuestro calor. Tropezandonos con todo terminamos en el cuarto, yo arriba de él mientras mientras quitaba mi blusa y me hacía suya una vez más, estar con él no era solo tener sexo, es hacer el amor, con amor, pasión y diversión. Los besos cada vez más largos, las caricias, los susurros, los gemidos, no sé cuánto tiempo duramos así. Comenzó a llover y el me pegó fuerte a su pecho me miró a los ojos:—Te amo Linsy – dijo en un susurro que apenas yo lo escuché.—Yo te amo aún más, por eso tenemos que hablar de un tema importante, déjame
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