Angelica se queda durante varios minutos mirándome con preocupación, pero, al final cede abrazándome con fuerzas, mientras gimotea, pero, afortunadamente no llora.— Lo siento por complicar las cosas. — dice Angelica.— Eres mi hermana menor, es normal que arregle tus desastres. — digo sonriendo y ella se aparta interrumpiendo nuestro abrazo.— Oh, entonces, lo que quieres decir es que vas a perdonarme.— No hay algo que perdonar, pero, si por eso, vas a consentirme mucho más, no me quejaré. — digo sonriendo.Sin dudarlo, ella vuelve a abrazarme prometiéndome todo tipo de cosas que sé que ella hará por mí. Por lo que, después de una disculpa tan necesaria, las dos salimos del lugar, sin embargo, antes de subir al auto como si fuéramos unas prófugas, Angelica se acerca a uno de los hombres lobos a cargo de la seguridad para susur
Leer más