Cuando Waverly, Reina y Finn llegaron a la colina este, el resto de la manada ya se había reunido frente al banco de madera que había fuera de su granja. La luna había sustituido al sol y ahora iluminaba el rostro de su padre, que estaba de pie frente a la manada. Tenía el pelo ligeramente revuelto y lo echaba hacia atrás con la mano, mostrando los pequeños mechones de canas que empezaban a aparecer. Waverly, Finn y Reina ocuparon sus lugares dentro del grupo y observaron cómo su padre comenzaba su discurso.—La mayoría de ustedes ya saben la razón por la que los he llamado aquí esta noche. Waverly observó como su madre, Aviana, estaba al lado de su marido. Tenía las manos juntas, un rasgo que solo exponía cuando tenía que parecer fuerte para sus compañeros en momentos de angustia. Sin embargo, pudo notar que le temblaban ligeramente. —Como todos saben, esta noche es el sacrificio anual y, según la tradición, no es común que la manada elegida sea consciente de su posición
Leer más