Cordelia intercaló la mirada entre ambos, dando fe de las similitudes que compartían, ella también estaba en shock, porque era la primera vez que veía al padre de su amiga, pero al mismo tiempo, que estaba frente a un dios, reconociendo ese ultimo hecho, con rapidez y torpeza se arrodilló y bajó el rostro en señal de respeto, Eleanor trató de imitarla, pero su padre se lo impidió.—No es necesario — dijo sonriente, mientras la sostenía por los brazos, después se volteó hacia Cordelia y le pidió que les dejara solos. La mujer obedeció y salió de la habitación, cerrando tras de sí.—Mi nombre es Dalang, Eleanor — le dijo— y sí, soy tu padre.Ella no dijo nada, la sorpresa de la revelación seguía, Dalang tampoco apresuró las cosas, se tomó un tiempo para admirarla.—¿Cómo? ¿Cómo es que estas aquí? — preguntó Eleanor, recuperándose de la conmoción —Pensé que lo tenías prohibido, pensé que nunca te volvería a ver.—Digamos que mi visita es especial, por todos los acontecimientos que se han
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