Flor Pérez Todo el camino, Christian y yo no volvemos a decir nada, mis manos están sudando, no lo niego, volver a la bruja de su abuela me pone así. Esa mujer me daba miedo, nunca necesito ponerme una mano encima para sentirme agredida, solo bastaba que sacara algún venenoso comentario para que me lastimara y eso no me gustaba en lo absoluto. En aquella época, Christian no se interesaba en nada que tuviera relación conmigo, por lo que la bruja me hacía la vida imposible mientras no estuviera el señor Walker. Cuando él estaba, ella se portaba seria, enérgica, pero en menor grado. Luego de varios minutos en carretera, puedo ver el imponente portón, inmediatamente, puedo sentir un enorme hueco en el pecho, pongo mi mano y masajeo mi pecho, este dolor no se quita y cuando menos lo espero, Christian toma mi mano, me observa con esos ojos azules, no me dice nada, pero ese apretón, me lo dice todo. Al llegar a la entrada de esa mansión, montones de recuerdos comienzan a inundar mi me

Flor Pérez Al salir de casa de los abuelos de Christian, me siento confundida y dolida. Es inevitable que haga comparaciones, no lo quisiera ver de aquella manera, pero la mujer que estaba ahí, es claro, la chica que estaba en casa de los Walker & White, era “especial” en toda la extensión de la palabra. Christian se nota molesto, no entiendo qué sucede, pero algo que puedo creer, es que se debe por el cómo me vio su abuelo. Esta no es la primera vez que Kevin Walker hace un comentario de esa magnitud hacia mí, ya lo había hecho el día que fue a la casa mientras Christian no estaba y eso me hizo sentir realmente incómoda. - Flor, ¿Entenderás que lo que acabo de hacer traerá varios cambios? ¿Verdad? Dice y me mira como si quisiera que dijera algo, pero no sé qué decir, la mujer me ha dejado sin palabras. ¿ Qué le puedo decir? ¿Qué quiere que le diga? La mujer parece esculpida por los mismísimos dioses, la mujer parece hecha a mano, yo me siento intimidada por tanta belleza. Digo, s

Flor Pérez Desde el día en que Christian y yo fuimos a casa de los Walker, él no ha vuelto a ir a la oficina. Siento que hay algo que no me quiere decir, lo noto preocupado, ha estado trabajando en su estudio, sale y ve a los niños, parece relajarse, pero no se nota tan tranquilo como antes. Hace algunos meses, cuando él y yo nos volvimos a ver, lo veía como un hombre arrogante y hoy día, no parece serlo, solo busca la manera de que vivamos tranquilos, pero en el proceso, veo que él se está perdiendo y no entiendo por qué razón. - Mami, ¿Papá a donde fue? -dice Samy acercándose a mí con carita de angustia. - Papá tuvo que salir a ver unos pendientes, pero tan pronto se desocupe, él regresa a casa. ¿Por qué la pregunta? - Papá ha estado un poco preocupado, no es el mismo, él ya no juega tanto con nosotros. -dice Ángel con un tono serio. - Papá tiene unos pequeños problemas en el trabajo, pero tan pronto los cierre, volverá a ser el mismo. Ahora, aunque nos cueste, su atención está

Christian Walker Desde el día que fuimos a casa de mi abuelo, hay algo que me mantiene inquieto, no podría describirlo como celos, digo, es claro que no me gusta para nada el cómo miraba a Flor, siento que hay algo más, siento que él tiene algo más y voy a averiguar qué. No puedo creer cómo he compartido mi vida con esta familia por años, no puedo creer que el tipo de vida que llevaba no me permitía darme cuenta de todo lo que había a mi alrededor. - Madre… ¿Cómo demonios llegué a esto? Perdona mi lenguaje, pero no sé cómo expresar de la mejor manera lo que estoy sintiendo. Lamento todas las cosas que he hecho después de Sara, ahora se supone que tengo un hijo con ella, uno del que jamás tuve noticias y eso me resulta sorprendente y frustrante. ¿Qué hago, madre? ¿Qué demonios hago? Por un lado, veo a mi abuelo y debo ser honesto, no fue la mejor persona cuidándome y guiándome, eso casi siempre lo hizo Catalina, pero, por otro lado, agradezco que no me hubiesen enviado a un internad

Christian WalkerTras unos días de haber decidido investigar a mi abuelo, finalmente me reúno con Patricio Izaguirre en persona. Luego de una breve llamada, Patricio me envía la dirección en donde podemos vernos sin levantar sospechas.Salgo de casa, no sin antes despedirme de Flor y de mis hijos, los cuales con estos días en casa me he ido enamorando cada vez más de ellos. Aquí es cuando entiendo lo que, muchos padres dicen sobre sus hijos, de no haber nada que no harían por ellos, incluso dar la propia vida.Conduzco hasta donde me indicó Patricio, llego y me percato de que básicamente estamos a las afueras de la ciudad, la zona es boscosa y efectivamente no hay ni un alma a la redonda. Sé que no debería confiar tanto en él, puesto que Frank fue quien me lo recomendó, pero por el momento, es lo único que tengo.- Señor Walker, ¡Que gusto me da verlo en persona! -dice una voz detrás de mí.Su voz me provoca un cierto escalofrío, volteo y lo miro, es un hombre ya mayor, supongo que de