Caleb Hanks.Las horas transcurrieron y las emergencias del piso de oncología, no me habían dado un minuto para respirar. Bajé a ver a Aleska, ella estaba desde hacía varias horas instalada en el área de hospitalización, pero yo desde el mediodía no había tenido tiempo de pasar por esta área y ya era de noche, más bien, de madrugada. Cuando llego al área, noto que la familia, se había retirado a descansar y con Aleska, solo estaba Sebastián; el cual estaba sentado en el sofá, ya que le estaban cumpliendo el tratamiento a la española. Samantha, ingresó también a esa hora. Ella, se notaba cansada, ambos habíamos tenido muchas horas de guardia y poco descanso del día anterior con la intervención de Aleska. ─ A presentado mucho dolor ─ informa Sebas, después que cumplen el tratamiento. ─ El tratamiento ayudará, solo es cuestión de esperar ─ musita Samantha. ─ Ya deseo que esto pase y pueda recuperar la visión ─ Musita Aleska, lentamente. Sebastián, me observa y Samantha, tam

Caleb Hanks.Después de sacar los desechos sólidos regreso al baño, lavo mis dientes y me doy una ducha. Saliendo del baño me visto, tomó las llaves del auto y me voy a buscar a Luna, para luego visitar a mis hermanos, antes de llegar nuevamente al hospital, pero esta vez a visitar a Aleska. Cuando llego la madre de Luna, me hace pasar brindándome un té y comprendo enseguida que desea hablar con el médico y no con el novio de su hija. ─ Ayer y hoy e notado a Luna, desmejorada. Creo que se está sintiendo mal nuevamente y me lo está ocultando. ─ Susurra la mujer, antes de mandar a buscar a su hija. ─ Yo, también lo noté hoy cuando llegué de la guardia, mañana la acompañaré a visitar a mi tío Jordan ─ musito tratando de tranquilizar a la mujer y pensando en que Luna, no puede seguir ocultando lo que le está sucediendo. Observo a mi novia bajar las escaleras frotándose los ojos y allí entiendo porque no me respondió el teléfono. Se nota que se va levantando. Se acerca besando mis

Caleb Hanks. Melissa, camina hacia el baño para ayudar y el padrino Franchesco, observa a Luna, con esa mirada suplicante aunque él camina para seguir a César. Lo comprendo, el padrino no confía en Melissa. Luna, se acerca acompañando a la española y puedo notar el alivio en Franchesco. Las mujeres quedan en el baño y César, sale.Una hora después Aleska, sale caminando, pero siendo guiada por Melissa y Luna, que la ayudan, enseguida Franchesco, se mueve para cargarla.─ No, deseo caminar aunque sea un poquito ─ musita Aleska, sin saber quién se le ha acercado. Ella sale ya duchada y es guiada poco a poco nuevamente a la cama clínica.Lo más difícil que hay para una persona que ha quedado invidente es la adaptación. En personas como Aleska, esto es más difícil, porque su visión se ha perdido por periodos de tiempo y su cerebro no se ha acostumbrado a la perdida total, pero esta vez tendrá que aprender a vivir como una persona invidente. Las horas que nos faltaban para ingresar

Aleska Castillo Lumbardi.Escucho los murmullos, son pequeños sonidos, que logro detectarlos poco a poco, todavía no defino bien, de que se trata, pero entiendo que estoy recuperando la audición. Esta es una situación tan difícil, no es fácil para ningún ser humano o ser viviente, estar privado de algunos de sus sentidos importantes en la vida, como es mi caso, estoy invidente, perdí la audición y me cuesta mucho pronunciar palabras, por la resequedad que tiene mi garganta. El olor a alcohol llega a mis fosas nasales y reconozco que he recuperado el olfato, otros de mis sentidos que había perdido con la cirugía. Es difícil perder el contacto con los demás, sin saber cómo comunicarte, porque estás privada de los sentidos importantes.Los murmullos, ahora pasan a ser voces más entendibles y eso solo quiere decir, que estoy recuperando la audición. Estos cuadros se habían presentado anteriormente. En aquel tiempo, me tomaron por sorpresa y me desesperaron a tal grado, que me descompen

Aleska Castillo Lumbardi.─ Ya hoy te ves mucho mejor ─ pronunció la voz de Samuel.─ Hoy me siento mejor ─ musité sintiendo unos suaves labios sobre mi frente y estaba segura que eran los de Samuel.─ Me voy atender otro paciente ─ se escuchó la voz femenina.─ Gracias por tú ayuda ─ le agradecí a la desconocida. ─ No fué nada, ahora más tarde vuelvo a pasar ─ mencionó la misma voz con amabilidad.─ Te traje más ropa y compré emparedados y jugos ─ escuché la voz de Samuel, seguramente informándole a Sebas. ─ Te dejaré con papá y Dabo, mientras me ducho ─ informó Sebastián, besando mi cabello, asentí sin saber si me estaba observando.─ ¿Cómo te sientes? ─ Me Preguntó Samuel, tomando mi mano derecha, seguramente para comprender que la pregunta era dirigida a mí. Suspiré levemente, escuchando una puerta abrirse y cerrarse levemente, seguramente Sebas, ingresando al baño. ─ En Oscuridad ─ musité con suavidad. ─ ¿Cómo te hace sentir ese hecho? ─ Pregunta Samuel, acariciando mi mano