Capítulo 21: Eres míaDos días después de la inesperada visita de Adrián, Violet seguía sintiéndose débil. El malestar no desaparecía del todo; por momentos se le intensificaba el dolor de cabeza hasta hacerlo punzante, casi insoportable, como si algo se tensara detrás de sus ojos. Aun así, se negaba a tomar más medicamentos. Lo atribuyó a la falta de comida, al cansancio acumulado y a la tensión inexplicable que parecía haberse instalado en su pecho desde aquella noche.Pasó la mano por su rostro con lentitud, apoyando los dedos en las sienes. Luego se estiró lo más que pudo en la silla, alzando los brazos hacia el techo con un suspiro de agotamiento. Llevaba horas sentada frente a la computadora, terminando trabajos atrasados de la universidad. No soportaba entregar nada fuera de plazo. Que las cosas se le acumularan la ponía nerviosa, y estresada, como si eso implicara perder el control… algo que ya le parecía estar resbalando de sus manos.El único alivio, curiosamente para su ma
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