Punto de vista de Carla—¿Algún movimiento en las fronteras? —ordené con firmeza a través del vínculo de la manada a los guardias de turno en la frontera, abriendo el vínculo hacia padre, cuyos ojos me buscaron entre la ruidosa multitud de la fiesta.La música ya sonaba a todo volumen, el alcohol comenzaba a fluir con libertad y el cerdo asaba deliciosamente.—Nada, Luna... —respondieron seis de los ocho puestos, pero no recibí respuesta de los puestos 1 y 2, ubicados al norte y noreste del territorio de la manada.—¿Qué pasa con los puestos 1 y 2? No responden. Puestos 7 y 3, envíen un hombre cada uno a verificar —ordené.—Sí, Luna...—¿Carla? ¿Qué sucede? —padre se acercó.—No lo sé, padre, algo no se siente bien y no puedo contactar a los puestos 1 y 2.—Carla, Bruno... ¿qué pasa? —Elena se acercó también al ver nuestro intercambio preocupado.—Nada, querida, vuelve a la celebración... Salomón, baila con mi hija —ordenó padre, y los ojos de Elena se abrieron sorprendidos mientras me
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