Después de advertencia de Bastián la noche transcurrió de manera tranquila por lo menos por mi parte, Maryorie seguía con una actitud pedante y las veces que pasaba cerca de mi soltaba algunas frases y advertencias como si yo tenia que temer, solo podía reír para mí misma ya Bastián también me había advertido ignorar y no abrir de más mi boca. De solo verlos la mayoría de las personas allí eran influyentes, de mucho dinero y Bastián era respetado y admirado por la mayoría, y aunque parecía estoico supe que aquella atención le gustaba, su actitud arrogante lo decía. Casi todos se acercaban a saludar y uno que otro le salia con asuntos de trabajo, él solo les daba respuesta vagas y le pedía ir a verlo al día siguiente. —Necesito hacer algo, por favor quédate aquí, volveré en un rato —Me dijo al oído y lo vi alejarse junto al señor Lincon, supuse que algo de suma urgencia los esperaba. Sin ánimos de ver a Maryorie tome una copa y empecé a recorrer el lugar, fuera había un jardín h
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