Una rubia alocada Isabela del Monte Volví solo por esas fotografías. Si alguien logró sacarla de la mansión, llevarla a una fiesta y dejarse fotografiar, definitivamente necesito conocerla, sin mencionar que logró que rejuveneciera un par de años ¡si hasta parece adolescente! Nadie que logre semejante hazaña puede quedar fuera de mi círculo social. "María... María, nanita hermosa, ya llegó el alma de la fiesta". María se lanza a mis brazos y me da lo mejor de esta casa, una bienvenida con calor de hogar, uno de esos abrazos fraternales que te dejan ganas de volver siempre. "¿Cómo está mi señorita Isabela?", me pregunta con una sonrisa en la cara "¿Cómo estuvo el viaje? ¿Todo bien? ¿Viene

Al llegar fuera, ella me mira. Está completamente ebria y apostaría que también está drogada. "Suéltame, ¿qué te pasa? ¡Suéltame!", me grita. "¿Qué te pasa? No tienes derecho a sacarme así". "Te puedes calmar", le digo, ya un poco molesta por su comportamiento. "No, ¡suéltame! ¡¿Qué te pasa?! ¡No eres nadie!". "Está bien, si quieres que te saquen la chucha, eres libre", le digo y la dejo libre.Sale rápidamente de vuelta al antro. Mi celular vibra con la llegada de un mensaje; la morena me dejó la dirección del hotel donde se hospeda. Debería ir y terminar mi noche de buena manera. "¡Que rabia, maldita mocosa inconsciente!", y me voy de vuelta al antro otra vez para asegurarme de que no le pase nada. Después de unos minutos, e

Me muevo rápido para interceptar a la pelirroja con un certero golpe en la cabeza que la hace volar varios metros. "¡Aaaaaa!" Los gritos de Jeanet resuenan en la noche. La miro por todos lados buscando alguna herida o daño, pero no tiene nada. "¿Te encuentras bien?" antes de recibir respuesta, siento un golpe en la cara que me hace retroceder. "Es mi cena, búscate la tuya", me dice la pelirroja. En poco tiempo de pelea, me lanzo rápidamente y comenzamos una danza de golpes. Esquivo los suyos con facilidad y le doy varios certeros. Cuando se ve perdiendo, sale huyendo. "No te irás", digo mientras la sigo. Unas cuadras más tarde la alcanzo y con la daga que siempre porto, acabo con ella. "Estúpida teñida", digo, volviendo a guardar mi daga en la bota y emprendo el viaje de vuelta para ver cómo se encuentra la chica. No la encuentro. Perfecto. Al día siguiente estoy en su sala, el timbre sonó hace 5 minutos y ella brilla po

Al llegar, lamentablemente para mi amiga, nos enteramos de cosas un poco desagradables y no ha sido una buena tarde para ella. Pero la fiesta me ayudó a dejarla bailando con la chica Montier. Ojalá arreglen sus problemas porque estoy segura de que ellas se gustan, hasta un ciego podría ver eso. Pensaba en retirarme a la habitación a descansar, pero antes quiero fumar un poco. "¿Qué haces aquí afuera?" Lo que me faltaba, que la profe me pille fumando. "No deberías estar fumando, menos aquí. Algún profesor te puede ver", me dice tranquilamente mientras se sienta a mi lado prendiendo su propio cigarrillo. "Tampoco debería hacerlo, la pueden ver", le digo sin mirarla. "La mayor parte de tus compañeros están algo ebrios y todos bailando a lo loco. Tienen prohibido salir a este sector, al igual que tú", me dice. No le respondo, so

Cambios Inevitables  Cassandra Voss"Desde que volvimos del viaje, todo ha ido mejorando. Hemos intentamos mantener un perfil bajo. Sé que le preocupa lo que dirá su manada, pero, aun así, aprovechamos cada momento. Salimos a cenar, al cine y algunos paseos a la playa. A ella le encanta la playa y a decir verdad a mí me da tranquilidad. También he presentado más cambios, sobre todo hormonales. Hace dos días me salió una espinilla, ¡una maldita espinilla! No recuerdo que esto pasara antes, pero sí, tengo una espinilla bastante molesta y fea, así que compré media farmacia para que desaparezca, pero parece ser enviada por el mismísimo diablo porque nada la elimina. Y hoy justamente hoy, tengo cólicos, dolores infernales y cambios de humor. De verdad, este cambio me está matando, y no solo a mí, sino tambi&eacut