Isabela del Monte
Volví solo por esas fotografías. Si alguien logró sacarla de la mansión, llevarla a una fiesta y dejarse fotografiar, definitivamente necesito conocerla, sin mencionar que logró que rejuveneciera un par de años ¡si hasta parece adolescente! Nadie que logre semejante hazaña puede quedar fuera de mi círculo social.
"María... María, nanita hermosa, ya llegó el alma de la fiesta". María se lanza a mis brazos y me da lo mejor de esta casa, una bienvenida con calor de hogar, uno de esos abrazos fraternales que te dejan ganas de volver siempre.
"¿Cómo está mi señorita Isabela?", me pregunta con una sonrisa en la cara "¿Cómo estuvo el viaje? ¿Todo bien? ¿Viene