—No, tu cuerpo también me lo hizo saber, estabas exaltada y tus piernas temblaban, ahí no negabas nada, y ahora sí. Te enojabas cuando había interrupciones y lamento haber puesto el negocio como prioridad, pero a ti te encantaba estar conmigo.—¡Pues me arrepiento! —alzo un poco la voz y abro mis ojos.Moretti estaba impresionado, corre la silla y se levanta, joder, lo he hecho enojar, se acerca a mí y miro a otro lado, con miedo y mostrando respeto creo. Escucho que corre otra silla y lo siento muy cerca, él toma mi barbilla y me hace verlo, con su otra mano, me seca las pequeñas lagrimas que brotan de mis ojos.—Perdóname, no quise hacerla llorar. —Lo veo borroso, pero noto que saca un pañuelo de su saco y me lo da—. ¿Por qué se arrepiente de todo lo que pasamos?Seco mis lágrimas y soplo mi nariz.—Porque usted me puso en peligro la última vez —le confieso y tengo toda su atención.—¿Qué?—Así es, no entendí muy bien lo que pasó, pero tenía esperanzas de que usted no recordará mi r
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