Inicio / Romance / Atrapado en mi Karma / Capítulo 41 - Capítulo 43
Todos los capítulos de Atrapado en mi Karma: Capítulo 41 - Capítulo 43
43 chapters
CAPÍTULO 41: JUGANDO CON EL GATO.
PUNTO DE VISTA DE DAN La puerta se cerró tras de mí con un estruendo seco. Caminé como si el suelo ardiera bajo mis pies, sin mirar atrás, sin pensar en nada más que en la rabia burbujeando en mi garganta como ácido. ¿Quién demonios se creía que era ese imbécil? ¿Qué buscaba? ¿Revancha por algo que pasó hace más de una década? ¿Tan patético era? Y lo peor... Lo peor era que tenía a Lina de su lado. Saqué mi teléfono. Marqué al primer número que encontré en mi lista de contactos: uno de mis hombres, uno de los que se encargaba del “trabajo sucio”. —Lo quiero. A Liam Donovan. Localízalo. Síguelo. No le hagas daño... aún. Solo quiero saber dónde duerme, qué come, con quién se reúne. Todo. Y si ves a Lina con él… no te acerques. Solo observa. Entendido. Corté antes de recibir respuesta. Me dolía el orgullo. Me dolía la traición. Pero más que
Leer más
CAPÍTULO 42: EL LOBO ACORRALADO.
PUNTO DE VISTA DE LINA La puerta metálica se cerró tras de mí con un crujido pesado, como si sellara algo más que un escondite. Salí tambaleándome, una mano sobre la ceja abierta, la otra rozando la pared rugosa para no caerme. El aire del exterior era frío y húmedo, contrastando con el calor punzante que me ardía en el rostro. No sabía si eran los nervios o la sangre resbalando lentamente por mi piel lo que más me hacía temblar. Caminé unos metros, pero el mundo se movía a mi alrededor como si flotara. Estaba mareada, desorientada… pero no lo suficiente como para olvidar quién era el enemigo. Todo esto es por Derian, me repetí, obligándome a seguir. Por la verdad. Por justicia. Entonces lo vi. Al otro lado de la calle, parcialmente oculto tras un árbol, estaba él. Uno de los hombres de Dan. Lo reconocí por su postura, por la forma en que se llevó el teléfono al oído al verme.Leer más
CAPÍTULO 43: EL DOLOR ES MÁS FUERTE...
PUNTO DE VISTA DE LINA:Dan me sostuvo entre sus brazos, en silencio. No dijo nada durante varios segundos, pero su respiración delataba todo. Era un volcán a punto de estallar. Se apartó apenas para mirarme con los ojos ardiendo de rabia.—No te preocupes, mi amor —murmuró, con una dulzura que no le nacía del alma, sino del ego herido—. No dejaré que nadie te toque otra vez. Ese maldito doctor va a pagar caro por lo que te hizo. Nadie juega conmigo… ni contigo.Me acarició el cabello como si fuera su tesoro más preciado, cuando en realidad yo era solo la pieza clave en su juego. Pero justo eso quería que creyera: que me creía débil, manipulable, suya.Se puso de pie con un gesto violento. Su rostro estaba pálido de furia, los labios apretados.—Voy a encontrarlo. Juro que lo voy a encontrar. —Y sin mirar atrás, salió de la habitación hecho una furia.No dejó órdenes, no dejó a nadie vigilando. Ni cámaras, ni guardias. Solo el pi
Leer más
Escanea el código para leer en la APP