En ese instante, Adriana sintió a su tacón pisar algo, algo suave...Se asustó un poco, dio un paso rápido hacia atrás y trató de calmarse, antes de gritar:—¡¿Quién carajos está ahí?! ¡Salga a ver!—Tranquila, yo vengo en son de paz.Una voz masculina salía de debajo de la mesa.Un momento después, la tela de la mesa se levantó, y el tipo, se arrastró lentamente arrastrándose y se puso de pie frente a ella. Era alto y delgado, con la piel muy pálida, parecía joven, pero sus ojos estaban muy hundidos. Lo más llamativo era su largo cabello rizado y de color castaño, aunque también tenía una botella de alcohol con la tapa abierta en la mano...Adriana reaccionó por instinto un segundo y pensó: ¿no será Alejandro Benotti?Ese famoso fotógrafo, el genio que desde los 12 años ha estado ganando premios internacionales con sus obras. Ya sea una persona o un objeto, todo lo que pasa por su lente se llena de un brillo único.Alejandro soltó su botella en una mesa cercana, se acercó a la puerta,
Ler mais