Todos los capítulos de DIVORCIADA DEL CEO ARREPENTIDO: ¡Vuelve con mis Trillizos!: Capítulo 431 - Capítulo 435
435 chapters
Capítulo 431: El último reportaje II
DONNA CRUZEn el caso de Carla, aunque es triste y al mismo tiempo satisfactorio decirlo, no causó nada en nadie su desaparición. Ni siquiera sus amistades en los hospitales en los que había trabajado, tampoco sus vecinos donde vivió con Jerry como una mujer casada y dulce. Algunas personas tal vez se desconcertaron al no verla volver, pero… eso fue todo. Una existencia miserable que se extinguió de la misma manera.—¿Sabían que para que un cuerpo no flote cuando lo arrojas al agua tienes que perforar el tórax y extraer los pulmones? —preguntó Luca sorprendido mientras salía del baño con una cara de que había aprendido algo que no quería olvidar, como si existiera la posibilidad de que pudiera ocuparlo después. —¡Luca! —exclamó Berenice frunciendo el ceño—. ¿Cómo puedes hablar de eso con tanta fascinación? ¿Quién te dijo eso? Luca, con actitud de niño regañado, agachó la mirada y volteó de regreso hacia el baño, de donde salió Piero limpiándose las manos.—Él… —susurró Luca apenado.
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Capítulo 432: El último reportaje III
DONNA CRUZHablando de empresas, bueno, el imperio que había comenzado a forjar Eliot Magnani no tardó en comenzar a competir con los peces gordos de la ciudad. La tripleta Magnani: Eliot, Derek y Luca, se volvió un equipo imposible de vencer y juntos empezaron a cosechar ganancias millonarias, regresándoles la gloria que habían perdido. De igual forma Cristine ahora tenía un imperio de modas que participaba en cualquier pasarela del mundo: Milán, París… y otros destinos dedicados a imponer moda aclamaban su buen gusto y lo novedoso de sus diseños. ¡Y no podemos dejar a un lado el negocio de la señora Berenice Magnani! Para sorpresa de muchos, esa chica con apariencia de muñequita de porcelana era dueña de varios talleres automotrices reconocidos por la perfección de su trabajo. Lo curioso de todo esto era que… sus mejores mecánicos eran mujeres muy bellas, que incluso habían sido modelos profesionales en alguna ocasión. Así que sí, eran el gancho perfecto para los hombres sin cereb
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Capítulo 433: El último reportaje IV
DONNA CRUZJimena y yo habíamos terminado pariendo casi en el mismo mes, fue curioso, pero beneficioso, pues Ciro encontró en Alex Bennet a un gran amigo con quien crecer, y como si la vida no fuera suficientemente irónica, ahora las dos estábamos embarazadas y de niñas. Cada reunión de las familias Magnani, Bennet y Bernardi parecía una fiesta infantil. Niños por todos lados. Por suerte vivíamos en casas con amplios jardines. —Mira nada más, otro zorrito en camino —dijo Luca acercándose para frotar mi vientre. Ese hombre era otro asunto gracioso, pues después de sus mellizos, ¿adivinen quien volvió a tener mellizos? Sí, Luca y Berenice. En un parpadeó pasaron de solo tener dos niños a cuatro. Gracias a Dios Piero y yo no veníamos de familias que tuvieran por costumbre tener más de un hijo por parto.—¿Cuándo planeas tener más bebés? —pregunté divertida, pues por sus ojeras no parecía con ganas de más. —¿Estás loca? Ya programé la vasectomía. Desde ahora pura bala de salva —Me guiñó
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Epílogo
CRISTINE FERRERASentada frente al fuego de la chimenea levanté mi copa media llena mientras que el festín que había preparado esperaba en la mesa. Hoy era nuestro primer aniversario de bodas y era irónico notar que Eliot iba retrasado. Una punzada de melancolía me hizo recordar aquella triste noche donde le pedí el divorcio, si me esforzaba aún podía recordar la frialdad de su mirada y de sus palabras, y cuánto me dolieron.Entonces la puerta de la casa se abrió y lo vi entrar. La frialdad aún vivía en su piel, en su gesto cuando pensaba que nadie lo veía. Se quitó el abrigo y peinó su cabello antes de voltear hacia mí. Me levanté del sofá y le ofrecí una sonrisa que de inmediato correspondió y su mirada se iluminó. —Buenas noches, señor Magnani —saludé acercándome a él con ese vestido rojo que tanto le gustaba. Le ofrecí mi copa, pero en vez de beber de ella, la dejó sobre el pequeño mueble junto a la puerta y prefirió beber directo de mis labios. Sus brazos se enrollaron en mi ci
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Epílogo II
CRISTINE FERRERA—¡Hola grandulón! —exclamó Donna con una gran sonrisa.—¡Tía Donna! —gritaron al unísono los trillizos con emoción, mientras mi pequeña Aurora se asomaba por encima del respaldo del sofá, asomando sus ojitos curiosos.—¡Aurora! —El pequeño Ciro empezó a brincar con más fuerza, casi sacudiendo a Piero—. ¡Mira, papá! ¡Es Aurora!Aurora salió corriendo de detrás del sillón y justo cuando llegó hasta Ciro se detuvo y agachó la mirada con tristeza y haciendo puchero. Señaló sus rodillas de manera dramática y dijo con voz triste.—Me caí. —No pude evitar sentir ternura en cuanto puso ojitos de cachorrita y su labio inferior eclipsó al superior, pero donde terminé de derretirme fue cuando Ciro se hincó para ver sus rodillas con tristeza y comenzó a acariciarlas.—Pobrecita… ¿te duele mucho? —preguntó en verdad preocupado, tanto que podía ver como sus ojos se llenaban de ese brillo que auguraba lágrimas mientras mi pequeña Aurora asentía con tristeza, después de salir corriend
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