— Es hora de que sepas la verdad, tengo que decirte algo muy importante. Tú y mi primo ,el Rogue Rey Alfa, tienen exactamente los mismos ojos azules claros y nariz alta, aunque tu gran parecido es con Layla, la primera vez que te vi, pensé que te parecías a mi familia, tenemos la misma sangre, parece que tenía razón niña, dime, ¿por qué te encerraron aquí? ¿Conoces a Alfa Damian? — Preguntó con seriedad y me quedé totalmente desconcertada.Esto era demasiado para procesar, sentía que mi mente iba a colapsar, yo nunca había tenido una familia de verdad, bueno la mujer que me adoptó nunca había sido mala conmigo, pero ella murió hace mucho y no recordaba casi nada sobre ella y me había dejado con las personas que me habían traicionado cruelmente y acusado falsamente, eso había terminado de romper cualquier ilusión de una familia, solo había recibido crueldad de ellos durante toda mi vida. Pensar en que podría ser la hija perdida del Rey Alfa de la manada El Rogue en este momento me pare

Debía ser increíble poder seguir tus sueños y tener padres que de verdad te quieran y estén orgullosos de ti. — Ya la conocí, me ayudó antes, tiene razón es una gran chica. — Dije con una sonrisa y él asintió. — Tú también eres una gran chica, lograrás cosas increíbles, por cierto no sé si te dist

Pov Luna LilianEstaba realmente confundida y en pánico, afortunadamente habíamos podido llegar de vuelta al desierto antes que Beta Max llegara, ya que eran muchas horas desde el castillo hasta aquí, solo que no sabíamos hace cuánto tiempo él había salido de allá, pero ahora no sabía que hacer y no entendía porque él vendría, mi tío tampoco lo sabía, aunque él creía que seguramente su intención era venir a ayudar a la zona afectada por la peste e iba a aprovechar para venir a ver cómo iban las cosas aquí.Esperaba que él tuviera razón, porque yo no quería volver, me sentía bien y feliz aquí junto a ellos y en el momento que me fuera planeaba hacerlo hacía el mundo humano o en busca de mi padre, no de nuevo hacía donde tanto había sufrido. También me preocupaba que Max al visitar la zona infectada se enterara de lo que hice, solo esperaba que no sospecharan de mí.Había vuelto rápidamente a la cabaña donde se quedaban los trabajadores, para que no sospechara de que estoy relacionada c

Ella volteó su rostro mirando hacía otro lado, negándose a contestarme lo que me molestó más.— Puesto que has vuelto y no quieres ser mi Luna, tendrás que seguir siendo una buena Omega normal y trabajar como criada en el castillo. — Espeté al darme cuenta que ella no me contestaría, mientras mi mente comenzaba a imaginar que ella podría haber conocido a alguien en el desierto.— ¿Seré una criada? — Preguntó frunciendo el ceño volteando a mirarme.— ¡Eres afortunada por ser doncella en el palacio, deberías saber bien lo que hacen a diario los Omega en el desierto! — Respondí molesto, ya que no quería ser mi Luna, la dejaría trabajar hasta que cambiará de opinión, pero ella no dijo nada. — No te preocupes, no te daré ninguna oportunidad para que me asesines con tu adúltero. — Continúe furioso, sentía que lo único que justificaba que ella solo me mirara con frialdad era porque debía haberse enamorado de alguien más y eso no estaba permitido, ella era mía.— ¿De qué estás hablando? — Preg

— Te lo advierto por segunda vez, no me hables en ese tono, recuerda quién eres. Además, ¿y qué si tu mano sangra por la espina de una rosa? ¿A quién le importa un Omega? Yo, en cambio, soy la única Princesa aquí, y quiero darme un baño de pétalos, así que ¿de qué valen tus manos de zorra? — Replicó queriendo lastimarme con sus palabras, pero está vez para lastimarme solo podía ser de manera física, porque mi corazón había sido blindado, se había vuelto duro gracias a todo lo que ella y Damian me habían hecho antes.Sin querer discutir más fui a cumplir su orden sola, porque Lina y María estaban preparando el baño y antes de que pudiera recoger la primera rosa, una ráfaga de viento sopló y una voz masculina llegó desde atrás.— Puedes vengarte de mí, pero ¿qué vas a hacer con el jardín de mi madre? — Preguntó Damian y lo sentí acercarse.— Es tu hermana, quiere las flores de aquí para su baño. — Respondí encogiéndome de hombros.— ¡Nunca le pidió a ninguna criada que hiciera algo así!