“Por más que busques en otros jardines, jamás encontraras la misma flor.”-Anónimo.Max:Las horas pasaban y Julia permanecía dormida otra vez, pero mi forma de mirarla no era la misma. Seguía aterrado por su estado pero a la vez aliviado de que me olvidara, no voy a mentir y menos a mí mismo eso sería absurdo y loco; al igual que gritarle a los cuatro vientos que no me dolía su mirada pérdida al mirarme.No me atreví a sentarme a su lado como lo había hecho estos días atrás y menos aún entrelazar nuestros dedos. Me sentía tonto y roto.Los dolores de cabeza aumentaron a medida que las horas avanzaban y ya había tenido que disimular con la rubia para vomitar 4 veces en lo que va de tarde. Las escusas iban desde fumarme un cigarrillo, ir al baño o por café y aunque ella asentía en el fondo no me creía pero le agradecí que no preguntara de más.Pero si todo eso fue difícil de disimular ahora para colmo habían comenzado los temblores y estaba empapado de sudor. ¿Qué le diría si despertar

“Ser la misma de antes sería un insulto a todo lo que he pasado”—Anónimo.6 meses despuésViernes 15 de septiembre 10:30AmJulia:—Al fin viernes—suspiro Lissette dejándose caer en la silla contigua a la mía en la cafetería— ¿te puedes creer que Mateo se ha enfadado por la fiesta de mañana?—añadió tornando los ojos en blanco quitándome mi batido para comenzar a beberlo—¡Oye!—le recriminé— ¿pensé que lo había invitado?—pregunté finalmente dando mi bebida por perdidaLissette y Mateo comenzaron a salir poco tiempo después, haciéndolo formal casi de inmediato, supongo que sus visitas tan seguidas al hospital no tenían que ver del todo por su “preocupación” por mi salud, él era un recordatorio constante pero no podía negar que se limitaba hablar de él y eso mi corazón lo agradecía. Yo por mi parte en dos semanas ya estaba de regreso en casa con un amplio talonario de medicamentos para mantener a mi otra yo; por llamarle de algún modo no tan extraño, a raya, consultas con una ps