Instintivamente, me giré hacia la fuente de la voz y, para mi sorpresa, el que se acercaba a saludarme era Andrés.Le respondí con una sonrisa tenue, diciendo simplemente: —Hola.Él me miró sonriendo como si viera a un viejo amigo y dijo: —Antes de venir aquí, me preguntaba si te encontraría, ¡y aquí estás!Mientras hablaba, sus ojos permanecían fijos en mi rostro con una mirada intensa y algo melancólica.No era que yo rechazara a Andrés per se, sino más bien su forma de mirar, que me resultaba incómoda.Ivanna echó un vistazo al hombre que me hablaba y me miró interrogativamente, claramente preguntándose quién era él.En ese momento, no era conveniente explicarle a Ivanna quién era, ya que, en apariencia, yo no sabía quién era él.Sin embargo, el hecho de que él me llamara la señorita Lara indicaba que había investigado sobre mí.Respondí a Andrés con un gesto distante, diciendo: —No es nada extraño, es solo una fiesta. ¡Cualquiera puede asistir!Al escuchar mi tono y mis palabras, I
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