RescateVALENTINE.Ava suelta un grito y tira de su cabello un par de veces antes de voltear a verme con odio y caminar hacia donde estoy con furia, como si le hubiese dicho o hecho algo que la hubiese ofendido, cuando no me he movido y he estado en silencio desde que llegamos.Me abofetea tan fuerte que rompe la parte interna de mi mejilla y reprimo a duras penas el alarido de dolor cuando comienza a tirar de mi cabello con fuerza, no puedo defenderme o golpearla porque apenas llegamos a este lugar me colocó esposas en mis manos y amarró mis pies a la silla para que no pudiera huir.—¿Qué carajos te pasa, Ava? —Pregunto cuando deja de agredirme y me observa con odio, mientras respira de manera agitada—. ¡¿Qué diablos te hice para que hayas estado golpeándome desde que nos secuestraste?! Desata mis pies y luego me quita las esposas, no lo pienso dos veces y convierto mi mano en puño y golpeo su nariz, la empujo para alejarla y me pongo de pie, no seguiré siendo su maldito saco de box

Construir nuestra felicidadELIJAH.Valentine tiene su cabeza apoyada en mi pecho desde hace un rato, mientras la policía interroga a Julia, Ava y sus secuaces y levantan cargos en su contra. Los periodistas están frente a la estación de policía que vinimos junto a una pequeña multitud protestando para que la policía tome cartas en el asunto apenas se viene a poner la denuncia de desaparición de nuestros seres queridos.Le pedí a Valentine que descansara un poco, ya que los niños fueron enviados a casa con Henry y Beatrice después que los examinó un médico para asegurarse de que no habían sufrido abusos y como era de esperarse, los mellizos lloraron muchísimo porque no les gustan los extraños y fue un reto tener que calmarlos para que pudieran proceder los médicos con el examen físico.Acaricio con cuidado el cabello de mi mujer y cierro los ojos, estoy muy agotado, tanto emocional como físicamente. Nunca esperé que algo así sucediera, yo solo quería tener una linda cena con mi esposa

Contratiempos en los preparativosVALENTINE.Elijah y yo caminamos tomados de la mano, mientras escuchamos de manera atenta lo que nos dice nuestra organizadora de bodas sobre el avance de la planificación de nuestra boda eclesiástica. Mientras vamos a un restaurante que ofrece servicio de catering a una última prueba de la comida y bocadillos que elegimos. No vamos a comer de gratis, nosotros ya pagamos todo el servicio.El pastel y los postres los harán mi padre y su equipo de trabajo, le hicimos ese encargo a su pastelería y también pagamos por todo, papá quería regalarnos eso para nuestra boda, pero no lo permitimos. Es un negocio que apenas está empezando y no puede permitirse tener semejantes gastos, de lo contrario, quebrará.—¿Estás emocionada? —Me pregunta mi esposo en el oído utilizando un tono de voz muy bajo y mordisquea el lóbulo de mi oreja—. Porque yo sí lo estoy, cuando terminemos con todas las cosas que tenemos pendientes y vayamos a casa, no voy a dejarte salir de la

Hacer las pasesVALENTINE.Abrazo a mi mejor amiga como si mi vida dependiese de ello, es la sexta vez que nos vemos desde que di a luz hace tres meses y se ha debido principalmente a su descontento con mi decisión de haberme casado con Elijah y no tolerar su presencia.Pese a que soy muy feliz a su lado y que me encanta demasiado nuestra dinámica familiar y de esposos, extraño mucho la vida tranquila que tenía en Los Ángeles. Pese a salir semanalmente en la televisión hablando sobre cosas de mi carrera o de los casos que he ganado y sus dificultades, no tenía a la prensa detrás de mí y no me seguían a todas partes como cuando salgo aquí en Nueva York y se dan cuenta de mi presencia.El estado tiene miles de problemas y en lugar de enfocarse en ellos para presionar a las autoridades y que tomen cartas en el asunto, lo hacen nosotros. No somos importantes y el hecho de que Elijah dirija una empresa multinacional, sea dueño de una empresa de seguridad privada y de una automotriz que tod

VALENTINE.Tres semanas después.Observo los músculos de la espalda de Elijah tensarse cada vez que levanta la barra y muerdo con suavidad mi labio inferior, cada centímetro del cuerpo de mi esposo es una maldita fantasía.Por más que lo vea con o sin ropa, Elijah va a seguir encantándome como el primer día, creo en el destino y se que nosotros fuimos hechos el uno para el otro, porque por más que intentemos alejarnos y hacer nuestras vidas lejos del otro, de alguna manera terminamos volviendo a encontrarnos.—¿Disfrutando de la vista, amor? —Inquiere, colocando con deliberada lentitud la barra en el suelo, sonrío y doy un paso dentro del gimnasio, que a esta hora se encuentra vacío y se quita los audífonos—. Porque yo sí estoy disfrutando verte con esa ropa pequeña y ajustada.Cierro la puerta detrás de mí antes de continuar avanzando y Elijah alza las cejas con asombro, como si no supiera que podríamos terminar haciéndolo en el suelo, de pie o contra la pared. Somos muy activos