Todos respiraron profundo y la ayudaron a acostarse, mientras la herida abierta, mostraba como la sangre fluía hacia afuera. Sabía que no había tiempo que perder y por es, mientras la anestesia comenzaba a hacer su efecto, procedieron a limpiarla para la cirugía. Por otra parte, los pediatras, obstetras y ginecólogos, comenzaron a acercarse en su versión lobos y aunque veían una guerra en medio del lugar, no retrocedieron sabiendo que se dirigían a un problema que necesitaban mucho su intervención.Por lo que, se acercaron rápidamente al lugar y los lobos de la manada, al ver de quienes se trataba, como hicieron con Charlotte y los niños, comenzaron a ser su escudo mientras respondían a los ataques del enemigo.Rápidamente, tocaron a la puerta y fue Retmus quien abrió cuando Curthwulf le dio el permiso no verbal confirmando que eran los doctores de la manada. Estos,

El llanto alivió a Curthwulf, Zaid y Lowell que saltaban emocionados al escuchar el llanto de cuatro bebés que se habían esforzado en volver a la vida. Sin embargo, los signos vitales de los bebés, no mostraban alguna mejoría. — Has vuelto. Han vuelto todos. — dice Terry en un susurro agotado.— Mis hijos, ¿Dónde están? — pregunta Charlotte en un hilo de voz.— Traigan a los bebés. — dice Terry.— Pero, señor, ellos están…— ¿No lo viste? Tienen una conexión con su madre que nadie aquí puede entenderlo, déjenlos sobre su pecho, dejen que los vea y piensen en algo que haga la vida de los bebés más fáciles sin que su madre este cerca. — ordena Terry mientras toma al primer bebé y lo acerca a Charlotte.Tres doctores más, toman a los bebés que no dejan de llorar y apretar sus pies y manos, mientras su cuerpo comienza a llenarse de pelo.— Debes decirles algo, parece que están molestos. — dice Terry y Charlotte deja caer varias lágrimas al ver cuatro niños que

Todo quedó en absoluto silencio. El golpe de la noticia era demasiado grande para procesarlo y tener energía para emitir algún sonido. Curthwulf, había quedado en una especie de trance, mientras Terry sentía que había vivido demasiado para tanto estrés.— Debes estar bromeando. — murmura Zaid angustiado y el hombre traga duro.Había olvidado por completo que la madre biológica, era la mujer que había secuestrado al bebé y por ello, ahora que lo había recordado, no se atrevió a repetirlo. Tenía temor de empeorar más las cosas de lo que ya estaban mal.— Señor…— Quizás llevó al bebé a recibir atención médica en otra habitación. — dice Terry interviniendo, con el fin de tener una respuesta que no sea un secuestro.Curthwulf mira hacia el hombre que había traí

Los minutos pasan y nada cambia. Es como si con cada breve segundo que pasa, las esperanzas de verla con vida, se enterraran por sí mismas. El dolor en todos vuelve a aparecer y Curthwulf que ve como pasa una hora desde que le dio de su sangre, sale del quirófano completamente derrotado.Había fallado. El increíble mago Park Seok Min, se había equivocado al decir que aún había tiempo o quizás, él lo pensó demasiado. No se sabía porque no pasaba algo, solo sabían que era el final.— Curthwulf, ¿A dónde vas?— Voy por los bebés. Debemos marcharnos ahora mismo antes que ese malnacido venga a dañarnos otra vez o secuestrar a uno de los bebés. — dice Curthwulf llorando mientras va hasta la habitación donde están sus hijos.Los bebés se encontraban dormidos. Eran ajenos a que uno de los cuatro faltaba y que el lug

El tiempo pasa y la lluvia torrencial, no se detiene. Aunque ellos se quedaron de pie esperando por más de una hora que la mujer despertara, no había algún cambio. Por lo que, a los bebés necesitar atención, fue Curthwulf hasta donde estaban los bebés, mientras los niños preparaban todo para que Charlotte descansara en la cama de su habitación.Con esmero, limpiaron todo el lugar, deseando que ella se sintiera bien y despertara pronto. Aunque no sabían cuando iba a ocurrir la transformación completamente, los niños se movían rápidamente para que todo estuviera limpio rápido. Mientras, en la habitación ubicada al lado de esta, se encontraban tres hombres lobos intentando consolar a los bebés que lloraban por su madre. Caminaban de un lado al otro y aunque habían conseguido una niñera que pudiera amamantarlos, por ser humana, tenía que or