Demetrio supo que las cosas se pondrían difíciles, volteó a mirar a la rubia que dormía desnuda junto a él y lamentó no haberla conocido antes, o haber pensado en enseriar su vida sentimental a tiempo, ahora incluso Abby corría peligro.Al príncipe Azar no le temblaba el pulso cuando se trataba de cortarle la cabeza a nadie, y si sabía que las chicas eran ahora la debilidad de ambos, no lo pensaría dos veces antes de ir tras ellas para hacerlos caer.En el bosque, durante el fin de semana, Armin se dedicó a hacer su propio estudio personal del poder y el manejo del collar de Freya, a pesar de las duras advertencias de la Dra. Frazer, con la ayuda de textos antiguos, descubrió que podía hacer levitar objetos y lanzarlos lejos, que podía extender tejido vivo hasta destrozarlo y lanzar bolas de fuego.Pero no sabía que todo ese poder en las manos equivocadas cob

— ¿Qué sucede hoy con estos chicos? — Preguntó Emile Frazer mientras le daba un sorbo a su café — Están cada vez más locos, no sacan la cabeza del móvil jamás.— En realidad poco me importan los intereses de esta manada de idiotas, deberíamos ir a lo nuestro, estamos perdiendo tiempo — Armin estaba ansioso porque la Dra. Frazer tradujera los textos.Ambos se apresuraron a encender el computador y a sentarse a trabajar, Armin le mostraba a Emile las imágenes del primer texto digitalizado.— Esto es griego, puedo traducirlo sin problema, a ver, muéstrame el que sigue.— Es este… — Armin cliqueaba para abrir el siguiente archivo.— Mmm… déjame ver… esto tiene rasgos Sumerios… me temo que no puedo traducirlos sin investigar un poco… tal vez pueda hacer unas consultas a un Doctor ami

— Espera, veamos primero que las chicas estén bien, no quiero sorpresas…Vasil había visto en la mente de Adam que iba en busca de Armin para intentar arrebatarle la joya, pero tenían a su favor que el chico no sospechaba de ellos, hasta ese momento él pensaba que eran simplemente un par de tipos ricos.Sin embargo, Vasil sintió una punzada, algo en su interior le dijo que eso no sería por mucho tiempo, solo esperaba que cuando el chico lo descubriera no fuera en un mal momento, odiaría tener que matarlo, todavía era joven e inexperto, y estaba seguro de que no sabía lo suficiente de la historia de los Lycans como para hacerse su propio criterio.— Está bien, lo que tú digas Alfa — Se rio Demetrio entre los dientes, juguetón como siempre.Ambos entraron de nuevo en el edificio y caminaron por los pasillos buscando a las jóvenes, el Decano de la Escuela de Economía vio a Vasil a lo lejos y levantó la mano para llamar su atención.— Creo que requieren de tu presencia por allá — Le dijo

 Armin no se detuvo, su sed de sangre no se vio saciada con la pareja a la que acababa de cegar la vida, no, al contrario, había probado la sangre humana, nunca esperó qué tan delicioso banquete pudiera ser ese.Levantó el hocico ensangrentado y olfateó el viento una vez más, « ¡Ah…! » Había alguien más cerca, alguien con un aroma parecido, pero igualmente delicioso, que le hizo agua la boca.Corrió en su dirección en medio del bosque y esquivando los árboles a uno y otro lado mientras escuchaba el palpitar de su corazón acelerado, sintiéndose más vivo que nunca dejándose llevar por sus nuevos y agudos sentidos de caza.Divisó a lo lejos la carretera, elevó las orejas y escuchó en la distancia el motor de un vehículo que se aproximaba.Calculó erróneamente que podría

— Mi Señor, tenemos una situación en Vancouver…— ¿Qué clase de situación? — Preguntó Azar en tono amenazante.— Ha habido ataques continuos, ¡Muchos! Y en ocasiones de varias víctimas al mismo tiempo.— ¿Ataques? ¿Qué clase de ataques? Ave de mal agüero — Acomodándose mejor en su silla, parecía que cada vez que Antenor lo llamaba era para darle malas noticias.— Parece un lobo novato, caza por todas partes, no se sacia y deja rastros… los locales creen que es una fiera salvaje, algunos cazadores se han organizado para buscarlo y matarlo, pero hay riesgo de que den con la manada, o con alguno de los nuestros y… ya sabe lo que sucede si muere alguno como lobo… luego el cuerpo cambia, eso nos pondría en evidencia, ¡En el ojo del huracán!— ¿Y por qué