Esa noche convivieron tranquilamente en la cena con sus familiares y algunos amigos, fue una reunión sencilla debido a lo sucedido con su pequeña hija.Donatello le pidió bailar, ella aceptó con gusto, giraron sobre la pista, mientras sonaba una canción para ellos conocida, era la misma que bailaron la primera vez que se casaron.—No sabes lo mucho que soñé con este momento, fue un gran tormento todo el tiempo que estuvimos separados.—Para mí también lo fue, fue terrible pensar que habías muerto.—Mejor no hablemos sobre eso, y disfrutemos este momento.Stacy y Francesco se llevaron esa noche con ellos al pequeño Donatello, todos los invitados se quedarían en la casa de huéspedes, a unos cuantos metros de la mansión, así que su hijo estaría relativamente cerca de ellos.Los recién casado se quedaron solos en la mansión, al entrar en la habitación, Karo se sorprendió al ver que estaba decorada hermosamente, había un camino de rosas que llegaba hasta la cama, y sobre esta, un gran cora

Karo se alejó durante su embarazo de la vida del club y las reuniones para tomar té, no deseaba soportar a Serena, la chica solo se burlaba de ella haciendo malos comentarios sobre la redonda forma de su vientre.Trataba de resistir y no decir nada a Donatello, después de todo el padre de la chica era uno de sus mejores socios, el hombre la deseaba, pero al verla con ese enorme vientre, hizo un gesto de repulsión, ¿Cómo una mujer tan bella podía permitir que le pasara eso a su cuerpo?Cuando él y la madre de Serena decidieron tener un hijo, lo hicieron mediante un vientre rentado, se había casado con ella porque le agradaba su cuerpo, no tenía porque dañarlo con un embarazo, eso era para personas que no podían pagar algún otro método para llevarlo a cabo.Desde que su esposa murió, su hija se encargaba de ahuyentar a todas las mujeres que se acercaban a él, las hacía pasar su peores ratos, las humillaba de tal manera que jamás permitían que él se les acercara con tal de no volver a ve

En Londres, en la nueva empresa de Tony, el pobre hombre se sentía despreciado por su esposa, ella ni siquiera volteaba a verlo, cumplía con su trabajo y solo eso, se dirigía a él de manera fría, ¿Acaso tan rápido había dejado de amarlo? La chica entró ese día a la oficina para ajustar con él su itinerario, cuando le entregó un documento, él tomó su mano, Bry la retiró de inmediato, lanzándole una mirada de advertencia, no estaba dispuesta a perdonarlo, hiciera lo que hiciera.Su secretaria era una mujer muy sexy que no perdía tiempo para insinuarse.—Lo siento señor Wilmington, pensé que estaba solo.—¿Qué desea? —Contestó de mala manera.—Le traje a firmar algunos documentos, dijo con un sensual tono de voz, ignorando a Bry por completo.—Coloquelos sobre el escritorio y salga, después los firmaré, por ahora no tengo tiempo.La secretaria se retiró balanceando exageradamente su cuerpo, no sin antes voltear a ver a Bry con una sonrisa burlona.—Sí no necesita nada más, señor, me ret

Esa noche fue muy larga tanto Tony como para Brianna, ella al acostarse le dio la espalda, él podía sentir el tenue aroma dulce que despedía su piel, fue una tortura total, deseaba besarla, recorrer con su boca todo su cuerpo como le gustaba hacerlo.—¿Crees que funcione? —Donatello preguntó a Karo.—No lo sé, pero sí no funciona, tu y yo tendremos que hacerla de cupido, estos dos se aman, solo que Bry se siente lastimada al pensar que la ha engañado, hablaré con ella mañana.Por la mañana, después de desayunar, los dos hombres salieron hacia el corporativo, tenían que planear muy bien la estrategia si deseaban invertir en países latinos.Al llegar, Serena se acercó melosa a Donatello, Tony los observó con recelo, no quería que por ningún motivo Karo sufriera, ya había tenido suficiente de eso.—Don, has llegado, te he estado esperando.—¿Necesitas algo?—Mis amigas desean conocerte, así que me tomé el atrevimiento de decirles que podían venir aquí y podría presentarte con ellas, voy

Isabella se quedó perpleja al ver quién era su jefe, no podía creerlo, por la mañana había recordado que había besado a aquel extraño, moría de la vergüenza, ella jamás era atrevida, se sintió mejor al pensar que jamás volvería a verlo.—Buenos días señorita, efectivamente, ha llegado tarde en su primer día de trabajo, espero no vuelva a repetirse, no es propio de una secretaria de presidencia hacerlo, usted debe estar aquí unos minutos antes de que yo llegue, así podrá tener una copia de mi itinerario sobre mi escritorio para que no haya atrasos. —La chica suspiró aliviada, por la manera en la que le habló, pensó que quizás no la había reconocido.—Lo siento señor, será como usted ordene.—Ahora vaya a su lugar, en la computadora encontrará una dirección de correo, ahí le enviaré enseguida los por menores de su trabajo, y algunas cláusulas de cómo es la manera en la que trabajo, para que no tengamos problemas.—Enseguida señor. La chica por los nervios, al dar la vuelta, tropezó con