A Igor le gustaba pasear con los chicos por el jardín trasero de la finca, donde empujaba el carrito juntos, con uno a cada lado. Normalmente tardaba unos cuarenta minutos, antes de darse la vuelta y prepararse para salir a trabajar.Era estupendo para los niños y también para él, que empezaba el día más relajado. Como padre, Igor demostraba ser muy protector. A los niños les encantaba estar con su padre y él los mimaba incluso demasiado. Siempre hablaba de ello, pero no había manera, él estaba encantado con sus hijos.Fue entonces cuando aprovechó para hablar con su madre. Cogió su móvil y fue al armario a llamar. Por suerte su madre contestó al tercer timbrazo.Aline no dudó. Inmediatamente les contó lo sucedido. Como habían acordado no ocultar nada más, se explicó rápidamente y pidió ayuda para hablar con su hermana.— Hija, te aconsejo que se lo cuentes a tu marido - dijo Anabel, preocupada por el asunto. — Después de cómo ha empezado, es mejor que lo sepa antes de que le pille po

Parte 2...Pero ahora eran felices, con un matrimonio que iba viento en popa y por eso Igor no quería que su cuñada apareciera de nuevo en sus vidas para crearles problemas.Aprovecharon y se quedaron a comer con ellos, escuchando las noticias de Otto y Helena, que no perdían de vista a sus bisnietos. Era estupendo verlos a ambos tan ilusionados y felices, que había sido el propósito de Igor cuando planeó tener una esposa contratada, para darles un nieto. Ahora tenían dos.Antes de irse Aline dejó a los niños bañados y casi dormidos. Sería más fácil para Helena y Otto, pero aun así, dejó que la niñera ayudara. Los dos no querían, pero para su edad, sería mejor. Los chicos, cuando querían, sabían hacer ruido. Mucho ruido. La niñera sólo les ayudaría si lo necesitaban porque ellos querían hacerlo todo.Se despidieron y se fueron a casa. Volverían a por los niños cuando hubieran solucionado el problema de Alana. A los abuelos les dijeron que harían un pequeño viaje de dos días y que lueg