—Dios mío, no sabes cuántos nervios tengo —Susurro, bajando del auto de Ángel y escuchando su risa ronca.—Créeme cuando te digo que con ellos no debes tener problema alguno. Peor es si te tocaran los padres de Archer, ese mal no se lo deseo a nadie.—¿Son malos? —Pregunto con temor.—Depende. ¿Con sus dos hijos? Nah, son un amor; pero, los protegen demasiado, en extremo. Entonces, no suelen aprobar a cualquier mujer para ellos.—Qué extremistas.—Y sus hijos, unos pendejos. Amo a Archer, pero siempre hace lo que su madre le dice, no tiene voz ni voto en su vida. Es un robot que no piensa, no vive y tampoco sueña, porque todo lo hacen sus padres por él.—Eso suena horrible.—Y él es tan ciego que no lo ve. —Se encoge de hombros.Y es entonces cuando veo que en su rostro se forma la sonrisa más sincera que le he visto hasta ahora. Una mujer, que supongo que es la madre de Aarón, sale de la enorme mansión detrás de ella, y toda sonriente y emocionada, trota hasta llegar hasta mi acompañ

Junto nuestras frentes y puedo notar como la ambientación del lugar cambia. Una música un poco más calmada invade el lugar y yo tomo su cintura, atrayéndola más a mí y sin poder dejar de admirarla. Ella es muy, demasiado hermosa, pero fuera de su belleza externa, fue la interna la que desde un principio me cautivó. No tuve oportunidad alguna de rendirme, de no querer luchar, y, de haberla tenido, tampoco la hubiese tomado porque la quería y quiero a mi lado. Dejé de insistir cuando ella así lo quiso, pero de mi parte, el sentimiento siempre estuvo. Fuese por lo que hay en su corazón, en su alma o en su aspecto físico, me enamoré de toda ella, y eso es algo que jamás va a cambiar. Las luces bajan de intensidad, dejando el lugar poco iluminado. Noto a las personas hacer un circulo alrededor, pero la verdad es que, ni siquiera me interesa qué están haciendo, todo lo que quiero es seguir disfrutando de estar con mi chica. —Aarón… —¿Sí, Corazón? —Susurro, acariciando su mejilla. —Tenía

—¡Jezabel! —la voz inquieta y desesperada de Ángel resuena en el pequeño espacio, y, en cuanto da con nosotras, me mira, con sus ojos muy abiertos y negando con su cabeza —Me niego a creer que Aarón haya hecho esto. ¿Lo oyes? Ya Archer fue a buscarlo, él no lo pudo haber hecho. —Por supuesto que no, porque si de verdad lo hizo, voy a romperle los huevos. —Le dice, señalándolo con su dedo mientras despotrica su furia contra él. La preocupación de Ángel se ve empañada debido a una leve sonrisa imperceptible que se asoma en sus labios. La mira de arriba hacia abajo y entonces suspira, tomando el dedo índice de mi amiga y bajándolo, para que dejara de estarlo señalando. —Tranquila, niña intocable —otra vez con ese apodo —; que, si Aarón de verdad hizo eso, yo seré el primero en golpearlo hasta el cansancio. —¡¿Me pueden decir qué demonios está pasando?! ¡¿Qué fue lo que hizo Aarón?! —Pregunto con desesperación. Y es cuando mi amiga me entrega mi celular y leo el mensaje que hace minuto

03 de febrero de 2021.Stella Gilabert.—‘’Lo siento mucho, amor. Yo de verdad llegué a quererte, amor, pero desde anoche no he dejado de pensar bien las cosas y he entrado en pánico. Te amo, pero amo más mi vida en libertad. Esa vida en la que podía hacer y estar con quien yo quisiera. Lo siento de verdad amor. Espero que en algún momento puedas perdonarme’’ —termina de leer Ángel por tercera vez y siempre tiene la misma reacción: ceño y labios fruncido, su cabeza moviéndose de lado a lado y sus hombros rígidos —. Definitivamente no es él. Aarón no escribiría tres veces la palabra ‘’amor’’ en una misma oración —deduce, y yo le creo. Él y Archer conocer a Aarón más que nadie.—Y él me llama Corazón —agrego.—Otro punto a favor de mi amigo —dice Archer.—Va a ser una decepción tremenda si esto queda en suposiciones y ese muchacho en realidad se fue porque quiso —suelta esta vez mi tío.—Pues, yo le tengo fe… —exclama mi mejor amiga.—¿No que querías patearle las bolas por haber plantad

Unos gritos se escuchan a lo lejos y mi cabeza duele cuando se mezclan con el sonido de las sirenas, quienes creo que ya han llegado, porque también oigo unas llantas derrapar. Automáticamente y sin hacerle caso a Ángel, camino hacia la dirección de donde provienen los gritos y veo a dos mujeres peleándose. ¡Dios mío, el amigo de Aarón tenía razón! Fari y Elizabeth están discutiendo porque una quiere huir por un lado y otro por el otro. Ni siquiera se ponen de acuerdo. Háblenme de poca organización y planeación. Mis pensamientos dejan de tomar cabida en mi mente y mi cuerpo se eriza cuando veo que, al final de todo el almacén, se encuentra Aarón, sentado, esposado a un tubo de metal detrás de él, y se encuentra inconsciente, con la cabeza gacha. —Aarón… —murmuro en un susurro, pero igual soy escuchada por ellas —¡Aarón! —Comienzo a correr hacia él, pero un disparo cae por los lados de mis pies y salto. Entonces las miro y Elizabeth me devuelve la mirada con una sonrisa maliciosa, volv