Esa noche Melisa se esmeró en su arreglo, se puso un vestido de seda color turquesa, ajustado a su figura y de corte corto, el cabello lo dejo suelto y se maquillo un poco más de lo acostumbrado.No podía negar que en el exterior estaba hermosa, tal vez no era una modelo, pero tenía buen porte y un cutis terso, destacándose esta noche sus labios que había pintado con un labial violeta intenso.— Estoy lista- se dijo frente al espejo- si es lo que quieres Daniels, así será, aceptare a Richard y me olvidare de tiRespiro profundo y salióEn la sala encontró a Daniels y Sofía sentados en un sillón abrazados y hablando muy sonrientes.Se notaba el inmenso cariño que había entre los hermanos, sin importar que no  losunía un lazo de sangre, el lazo del corazón a veces terminan siendo más fuerte.— Cielos hermana,

Sofía salía de la clase de historia cuando su teléfono repico y contesto— Hola Sofía - dijo una voz cálida y conocida del otro lado— Alejandro - lo reconoció sumamente emocionada- hola, estaba pensando precisamente en ti— ¿En mí?-Pregunto sorprendido—Si, me alegra tanto que hayas vuelto- contesto rápidamente tratando de calmar los latidos de su corazón. Siempre fue así, desde que tenía uso de razón tenía esa conexión con Alejandro, en sus 15 años se sintió feliz que el bailara con ella el vals, y fue en el justo momento cuando sus miradas quedaron prendadas una en la otra, supo ella que se había enamorado Pero él se fue, el no experimento la misma conexión. — Yo también estoy feliz de volver a verte, te llamaba para