— Estás tan hermosa — me dice Irina mientras termina mi maquillaje.—No quiero ir — lloriqueo. —Si quieres, no te engañes — se ríe sola. —Me encantan tus ojos — me dice. —Pero los tuyos son más azules que los míos— sus ojos son tan hermosos. — Pero en ti se ven mejores — comienza a planchar mi cabello. —Preferiría haber sido rubia — le digo sinceramente. —¿Para que te llamen rubia tarada? Mejor quédate así de castaña y hermosa— sonreímos. —¿Quieres que te haga un flequillo? — lo considero unos segundos. —¿Crees que se verá bien en mi? — nunca he tenido uno.—Ana, en ti todo se ve hermoso — me besa en la mejilla. Me encanta el apoyo que me da mi prima. — Entonces hagámoslo— sonríe victoriosamente. — Siempre te sales con la tuya — niego con la cabeza y río.—Es porque me amas, acéptalo— reímos ahora. Una hora después ambas estamos listas. Son cerca de las 10:30

No puedo creer que esté de vuelta en Nueva York. Una mezcla de sensaciones me invaden, desde que salí de Houston siento tristeza, miedo, felicidad por volver a ver a mi familia, terror por tener que volverlo a ver a él. Incertidumbre por no saber que va a pasar. Llevo cerca de 10 minutos sin poder moverme del asiento del avión. Una de las azafatas ya se a acercado a mi en dos ocasiones para recordarme que ya aterrizamos, pero simplemente no me puedo mover. Estoy en shock. ¿Y si esta vez si cumple su promesa? 《"Mía o de nadie "》 sus palabras retumban en mi cabeza desde ese día. Esa noche ataca mi memoria siempre que quiere. Intento distraerme y no pensar en ese horrible día, todo lo que sufrí en manos de él, pero me es imposible siempre que veo mi expresión rota en un espejo.— señorita, bede abandonar el avión — ya el tono de la azafata es molesto. Así que muevo mi trasero de una vez. Cuando estoy con los pies en tierra firme mi pecho tiembla. Pensé que nunca vol

Pov Dante:— ¡¡¡Me importa una m****a si estás trabajando en ello o no. Quiero resultados sobre mi mesa ya!!! — el agente Prieto está tan asustado por mi ataque que a penas y se mueve del lugar. Nueve meses, nueve putos meses y estos ineptos no me traen respuestas, solo suposiciones. La maldita mafia Rusa está moviendo su droga en la ciudad y yo llevo nueve meses de brazos cruzados. Me siento frustrado, el jefe confió en mi.Es cierto que mi cargo de agente especial al mando lo gané por todo mi esfuerzo y trabajo. Es una ascenso que he esperado y con el que siempre he soñado, no esperaba que se me diera tan joven, pero luego de meter en la cárcel al asesino más buscado de Houston decidieron darme el mérito. Claro que mi equipo de trabajo iría conmigo a donde sea que yo estuviera, por eso, Flavio, nuestra mente inteligente, nuestro analista. Él crea las hipótesis de las escenas del crimen, nos arma la historia, es increíble como en las mayorías de las veces coincide

Culpable, pero que más da que fuera culpable, por falta de pruebas y basándose el fiscal y el jurado en la defensa de ese abogado, Brandon solo es una víctima de las circunstancia que actuaba producto a sus problemas psicológicos demostrados por los médicos. Lamentablemente me tocó a mi siempre estar ahí cuando se encontraba con ataques de agresión. No podían condenarlo porque el chico no era un criminal (sarcasmo, mucho sarcasmo). Relamnete no hubo víctima porque yo estoy aquí, viva, los putos informes médicos y policiales que firme alegando que nunca era su culpa hoy se ponen un mi contra, la vida siempre se pone en mi contra. Solo me queda algo por hacer: seguir siendo Anastasia Collins e intentar aprender a vivir con la idea de que ese obsesivo estará tras mi rastro toda la vida.—¿Aihnoa? — es Emy. Limpio mis lágrimas y salgo del baño. Las chicas están acá. —¿Cómo estás hermosa? — me pregunta Araceli antes de venir todas a a