La noche del baile comenzó a desenvolverse con aparente normalidad, las personas bailaban y bebían tragos sin alcohol, al mismo tiempo que otros cotillaban en rincones apartados.El ambiente y la atmósfera del lugar era puramente festiva, sin embargo la loba gris estaba cada vez más tensa con cada segundo que pasaba.Freyha podía sentir el paso de la luna sobre ella, la energía que liberaba y la que se llevaba. Aún conservaba su poder sobre la bestia que rugía bajo su piel, sin embargo, con el correr del reloj, esa sensación comenzaba a desaparecer y un vago recuerdo fantasma ocupaba su lugar.Por primera vez en toda su vida, comenzaba a sentir lo que era ser mortal.—¿Freyha me acompañas al baño?—pregunto la calmada voz de su mejor amiga imponiendose ante el sonido de la música.La loba gris la miro durante un instante y asintió, al parecer ella no era la única tensa… sin embargo dudaba mucho que las facciones apretadas

Nada, Freyha no podía hacer obsolutamente nada mientras observaba el mundo a través de sus propios ojos, recluida en el interior de su mente.Sin embargo está vez no estaba sola, el enorme lobo blanco también estaba allí, encadenado al igual que ella.—Perdiste, te lo advertí—gruño la bestia—ahora ambos somos esclavos.—Claro que no. Podemos escapar—siseo Freyha a la bestia, negada a aceptar aquel destino.El enorme lobo rio con tristeza.—Niña ¿Acaso no te das cuenta? Estamos enca

Siete años después:El cálido sol del verano besaba la piel de la loba gris, el día era simplemente hermoso, ideal para sentarse junto al lago de la ciudad.Llevaba largas horas mirando el agua, buscando la forma de decir lo que ocurría.—¿Buscas que el lago susurre una respuesta?—ronroneo una profunda voz de medianoche a sus espaldas.La Alfa de la manada Luna Creciente sonrió, mientras volteaba para ver el apuesto rostro de su esposo… o más bien su futuro esposo, al fin y al cabo se casarían en unos meses tras el cumpleaños de Freyha número veinticinco.Tal como siempre, el rostro de su compañero se iluminaba con una preciosa sonrisa, la cual llenaba de luz su mirada nocturna.Al igual que el buen vino, Freyha descubrió que cuanto más pasaban los años, Fenryr se volvía más atractivo.Pero ella no estaba completamente segura si aquello era real o una ilusión creada por el vínculo de pareja que los