Entramos a mi habitación, obviamente somos amigas, así que pasamos el rato aquí un millón de veces, pero esta vez... era diferente. Realmente no lo había pensado hasta ahora. Esta era una experiencia completamente nueva para mí... Demonios, hasta hace poco, ni siquiera había tenido una experiencia con un chico, ¡y mucho menos con una chica!“Entonces…”. Me detuve, tan insegura de cómo proceder. Ella sonrió.“¿Entonces? Realmente nunca he... He hecho esto antes”. Ella admitió tímidamente lo que instantáneamente me hizo sentir mejor y dejé escapar un suspiro de alivio. “¿Qué?”.“Yo tampoco”. Ambas compartimos una risa y me paré unos pasos frente a ella, poniendo mis manos en su cintura. Ella entendió el mensaje y me abrazó. Todavía sonriendo, me incliné y presioné mis labios contra los de ella. Tan pronto como lo hice, ella me devolvió el beso y ambas gemimos.Nuestros besos se volvieron cada vez más calientes y en poco tiempo, la estaba conduciendo hacia mi cama. Me parecía estar a

Punto de vista de RomanLa escuché y salí de la habitación. Me quedé fuera de su puerta por un minuto, pero la escuché empezar a llorar. Estaba molesto conmigo mismo de que todo había tomado un giro como este. No quería ser un idiota, solo... A veces, cuando estoy cerca de ella, simplemente sale y no sé por qué.Apoyé la cabeza contra su puerta y escuché su llanto desgarrador. Quizás comenzar algo con ella en primer lugar fue solo una mala idea. Ella era demasiado joven, demasiado vulnerable... La evidencia sollozaba al otro lado de la puerta...Realmente no quise que ella me viera con Christine.Miré desde el rellano y me di cuenta de que realmente se podía ver el interior de mi casa. Suspirando y gimiendo de molestia conmigo mismo, me aparté de su puerta y bajé las escaleras para hablar con su padre. Quizás podría calmar un poco la situación.Lisa estaba en la cocina, preparándose una copa de vino, por supuesto que sí, es lo que siempre hace cuando está estresada. Entré a la sal

Traté de actuar normal y fingir que todo estaba bien. Puse mi mano debajo de la mesa y agarré su brazo, alejándolo, pero cada vez que lo hacía, él lo movía devuelta. Quería gritarle que me dejara en paz, pero obviamente no podría hacer eso con mis padres sentados aquí, ¿podría?Solo traté de mantenerme calmada y serena mientras su mano llegaba a la parte superior de mi muslo y las yemas de sus dedos comenzaban a correr círculos contra mi montículo cubierto. Cerré las piernas con fuerza, esperando que captara el mensaje, pero no tuve tanta suerte. Clavó sus uñas en mi piel con tanta fuerza que me vi obligada a abrirlas y se aprovechó.Sus dedos entraron instantáneamente dentro de mi ropa interior y se presionaron contra mí. Tuve que tomar algunas respiraciones profundas discretas para controlar mi temperamento. Yo estaba tan enojada. Sus dedos comenzaron a acariciarme y traté de alejarme, pero su mano estaba dentro de mi ropa interior, no había ningún lugar para que yo me moviera sin

Había pasado una hora. La señora alta, delgada y pelirroja aún no había salido de la oficina. No se suponía que él viniera a trabajar hoy, él dijo eso ayer, su “cita” no estaba en los libros, así que... No hay forma de que él la estuviera esperando... A menos que la haya llamado personalmente esta mañana... O anoche y le pidió que viniera.¿Ahora mismo estaría follándola allí adentro?No, seguro que no. No en el trabajo, cualquiera podía entrar... pero, de nuevo, me dijo que me follaría contra la ventana de cristal así que...Me di cuenta y me levanté de un salto, dirigiéndome hacia su oficina, ignorando la estúpida escoria de Chris cuando ella comenzó a protestar y entró en la habitación.Roman estaba sentado detrás de su escritorio y la Sra. Red estaba sentada frente a él. Tan pronto como vi que no pasaba nada, cerré los ojos y negué con la cabeza. Roman le dijo algo y ella se puso de pie y salió, cerrando la puerta detrás de ella.“¿Alex, cuál es tu problema? Esta es la segunda

“Alex, necesito que vayas a la casa de Roman y me busques algunos libros”. Papá me lo dijo sin mirarme. Miré entre los dos. Quería decir algo como, ‘¿te han roto las piernas?‘ o‘¿no puedes buscarlos tú mismo?‘, pero lo conocía bien, así que solo asentí.“Claro”.Una vez que terminó la cena, Roman se puso de pie y dijo que tenía que ir a arreglar algunas cosas. Supongo que esa fue la señal para que me fuera con él y me levanté también, siguiéndolo. El camino a su casa, por breve que fuera, fue en silencio. Él no había hecho ningún intento de tocarme una vez que volví a la mesa, y tampoco tuvo ninguna intención de hablarme.Con suerte, él había aprendido la lección.Caminando por su entrada, él abrió la puerta y entró. Yo no había estado dentro de su casa antes, así que quería que me invitara. Una vez que se dio cuenta de que no habia entrado, me llamó con un gesto de su mano y desapareció por la esquina. Entré y cerré la puerta.¡Su casa era enorme! Lo cual, considerando que era in